A Manolo Carballa poco le faltó para protagonizar el próximo anuncio de la Lotería Nacional. Se quedó sin el décimo de la cafetería California y decidió acercarse hasta la administración de lotería de Sanxenxo. "Cholo me cedió un décimo. Le tengo que dar las gracias, porque si no fuera por su amabilidad quedaba sin premio", reconoce. Carballa es consciente de que, "co que se levan de impostos, quedarannos libres uns 4.000 euros". "Servirán para tapar algún agujero y para algún regalo de Navidad, y alguna cena"

Por su parte, Alcira Sanmartín, propietaria de un bar en la parroquia de Dorrón, fue de las primeras en acercarse hasta la administración de lotería. Ella compró un décimo con el número 89023, un premio que, aseguró, repartirá con sus hijos y con una amiga. "Antes jugaba unos 200 euros cada año, pero ahora es mi hija la que juega", confiesa.

"El sorteo casi había acabado y no le estaba haciendo mucho caso,", explica Cholo Moldes a propósito del momento en el que resultó premiado el 89023, "y llegó un cliente que me contó que estaban diciendo que tocó aquí, le dije no, aquí no creo, comprobé por Internet y si". Se trata de numero al que la administración de lotería número 1 de Sanxenxo está abonada desde hace alrededor de 30 años. ¿Los afortunados? "Casi todos particulares, casi todos los clientes que pasan por aquí", señala el lotero en alusión a la cafetería California, desde la que se vendió el grueso de los décimos entre decenas de vecinos y turistas de distintas provincias.

Los casi 6 millones de euros que ha repartido constituyen el premio más importante que ha distribuido desde su administración, que puso en marcha su familia hace 35 años y que él encabeza desde hace unos cinco. En 2007 vendió otro quinto premio, pero este es el de mayor cuantía.