Varias ciudades italianas mantuvieron ayer por segundo día consecutivo medidas de prohibición o limitación del tráfico para reducir los elevados niveles de contaminación, que afectan al norte del país. Milán, Roma y Florencia son algunas de las urbes que han limitado el tráfico por sus calles. En otras zonas se han prohibido incluso los tradicionales hornos de pizza por ser contaminantes.