Alimentación y cáncer van muchas veces de la mano. Pese a que no existe una varita mágica en forma de dieta preventiva para evitar esta enfermedad, los expertos reconocen que sí ocurre al contrario: mantener cierto tipo de hábitos alimenticios a lo largo del tiempo hace que una persona sea más proclive a padecer ciertos tumores. Por ello, oncólogos sostienen que abusar de ahumados o salazones favorece la aparición de tumores en el esófago o estómago, la carne o el pescado a la parrilla se vinculan con el cáncer colorrectal y mantener en el tiempo una dieta hipercalórica se relaciona con el cáncer de mama, próstata o riñón. Eso sí, expertos gallegos instan a no demonizar ni eliminar de la dieta ningún producto, simplemente optar por una dieta equilibrada, sin abusos ni déficits de alimentos. "Una transgresión dietética, es decir, una sola comida con exceso de salazón o precocinados no origina un cáncer, pero sí una dieta inadecuada mantenida en el tiempo", explica el jefe del servicio de Oncología Médica del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Luis Antón Aparicio.

Para este experto, la alimentación es "determinante" en el desarrollo de múltiples patologías "cardiovasculares o endocrinas" y también en determinados tipos de cáncer. Sin embargo, reconoce, que no se trata de una fórmula exacta. No se puede afirmar que un alimento produzca cáncer, simplemente que abusar de ciertos productos favorece la aparición de algunos tumores y ni siquiera en todos los ciudadanos. "Hay estudios que vinculan ciertas dietas a ciertos tumores, pero el por qué a un individuo le afecta y a otro no todavía no se sabe y depende de la genética de cada uno, de ciertas mutaciones...", sostiene Aparicio, quien pese a todo recuerda la influencia de comer bien. "La dieta es la segunda causa prevenible de cáncer después del tabaco y se relaciona fundamentalmente con los tumores localizados en el estómago, el colon, el páncreas y la próstata", sostiene.

Diferentes estudios, según explica este oncólogo coruñés, asocian el abuso de determinados productos con tumores muy concretos. "Basar una dieta en conservas, ahumados y salazones puede causar cáncer de esófago, estómago y colorrectal; la carne o el pescado a la brasa y la parrilla se vincula a los mismos tumores y al de mama y próstata y los alimentos muy picantes e irritantes se vinculan al cáncer de cuello y cabeza", sostiene Aparicio, quien recuerda que la obesidad también influye en la incidencia de esta enfermedad y es un factor de riesgo para tumores como el de útero, riñón, próstata o mama.

Para reducir el riesgo de padecer esta patología -pese a no existir ninguna dieta milagro que evite el cáncer-, los médicos aconsejan optar por una dieta equilibrada y rica en consumo de frutas, verduras, hortalizas, pescado y aceite de oliva. Además, apuestan por el consumo de alimentos cuyo efecto antitumoral está demostrado como coles, brócoli, repollo, espinacas, zanahorias, tomates, naranjas, fresas, kiwi, piña, champiñones o ajos. "La dieta mediterránea es un ejemplo de dieta equilibrada", sostiene este facultativo, quien reconoce que lo ideal es ni abusar ni presentar déficit de ningún alimento.