Miembros de la Plataforma Galega polo Dereito ao Aborto sostienen que, en la práctica, un aborto tras la semana 14 de gestación equivale a un parto "pero de un feto muerto". Por ello, exigen el mismo trato que quienes van a dar a luz: asistencia médica y de una matrona para inducir el parto y asistirla durante el mismo. Algo que, según aseguran algunas mujeres que abortaron en el Materno y el Arquitecto Marcide de Ferrol, no ocurre en estos centrosMaterno Arquitecto Marcide de Ferrol. "Tenía muchos dolores y cuando comencé a dilatar creí que vendría el médico, pero no. Me sentía muy mal, rompí agua sola con mis padres en la habitación y no fue hasta que expulsé el feto cuando llamaron a la ginecóloga de guardia", señalaba ayer Manuela, que abortó en 2014 en el Materno, en declaraciones a Radio Coruña. Esta mujer reconocía que tras el aborto no se encontraba bien psicológicamente para presentar una queja. Otra mujer que tuvo que abortar en Ferrol aseguró que le ocurrió algo parecido y tuvo que expulsar el feto en el baño de la habitación.

Fuentes del Materno de A Coruña aseguran que no es posible que una matrona esté de forma contínua con cada una de las mujeres que van abortar, pero sostienen que están atendidas y son trasladadas al quirófano si es necesario.