No es más peligrosa para los humanos que una avispa autóctona pero la reciente proliferación de la avispa asiática en Galicia la han convertido en una auténtica plaga. Así la calificó ayer el director xeral de Emerxencias e Interior, Luis Menor, al presentar en la Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp) el acto en el que el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, entregaron 60 trajes especiales a 20 grupos de Emerxencias Supramunicipais en una jornada formativa orientada a controlar esta especie. Formación y equipamiento son claves para que dar respuesta a las incidencias. Para atajar el problema, la Xunta entregó en febrero 1.200 trampas comerciales y botes de líquido atrayente a los apicultores con asentamientos localizados en municipios en los que se detectaron nidos de esta avispa. Las zonas más afectadas son a Mariña lucense, hacia el norte de Lugo y A Coruña y el Baixo Miño, en el sur de Pontevedra, si bien se estima que esta especie ya está extendida por toda la zona costera.

Solo el pasado año en Galicia hubo 8.000 actuaciones de retirada o inactivación de nidos de esta especie. Medio Rural actuó sobre 5.600 en 170 municipios. Las demás actuaciones las efectuaron asociaciones apícolas, concellos o parques de bomberos. Precisamente a los bomberos gallegos les entregó a principios de semana la Xunta un centenar de trajes para la destrucción y la retirada de nidos. También prepara una partida similar para las asociaciones de voluntarios de Protección Civil de los municipios en los que esta especie está actuando o se prevé que pueda producirse un avance.

Próximamente también entregará pértigas que posibiliten "llegar a los nidos que están altos". Y es que, según el jefe del Servizo de Emerxencias de Cervo, Mario Antuña, estas enormes y complejas estructuras -conformadas con celulosa y saliva- pueden emplazarse a ras del suelo pero también hasta a 50 metros de altura. Mantienen una temperatura constante y albergan entre 3.000 y 6.000 ejemplares. Su densidad y la altura a la que a menudo están dificultan su eliminación. Pero con el invierno, hacia finales de diciembre, todos quedan inactivos. Sus moradoras desaparecen. La reina hiberna oculta entre la vegetación hasta que las condiciones climáticas le son propicias,precisamente en abril. De ahí que -dado que la erradicación es muy complicada y que los investigadores aun no han logrado elaborar cebos selectivos- se esté trabajando para minimizar los efectos de esta especie sobre los ecosistemas de Galicia. El año pasado el intenso trabajo efectuado dio sus frutos. Según el subdirector de Gandeiría de la Consellería de Medio Rural, Jorge Mourelo, la pasada primavera con labores de trampeo se capturaron 120.000 avispas asiáticas, de las que 3.000 eran reinas.

Las 1.200 trampas entregadas a apicultores en febrero se suman a las 2.800 que ya se entregaron entre el verano y el otoño del pasado año. Captando a la reina se mueren las demás y así se evita el feroz ataque de esta especie a las colmenas de los apicultores gallegos. Las abejas forman parte de su dieta. Pero a pesar de la plaga la apicultura está en auge. Hay más apicultores inscritos, más colmenas y más miel.

Rueda, que coordina a las consellerías de Medio Rural, Medio Ambiente y Sanidade en materia de avispa asiática, pide a la población que avise cuando vea un caso llamando al 012 o al 112.