Sutil, discreta y sobre todo que parezca natural. La cirugía estética en España huye de las estridencias del pasado. Atrás quedaron las tallas grandes de pecho, los rostros sin apenas capacidad de gesticular o los labios excesivamente cargados de bótox. Este año la tendencia pasa por buscar "la naturalidad", según una encuesta de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica. Algo que confirman médicos gallegos. "Los gustos han cambiado y ahora lo que se busca es no parecer operado, hacerse retoques pero cuyo efecto parezca natural", señala el secretario de la Sociedad Gallega de Cirugía Estética, José Luis Vila Moriente.

La operación de pecho se mantiene como la reina de la cirugía estética -los retoques en la mama suponen el 60% del total de intervenciones en el sector-, pero ha cambiado la demanda. Del aumento de pecho -muchas veces en exceso- a pedir justo lo contrario: la reducción de talla o incluso retirar las prótesis implantadas hace décadas. "Estamos viendo que gente que en los años 90 se aumentó de tamaño el pecho observa ahora cómo estas prótesis no envejecen bien o ya no se sienten bien con algo de su juventud y deciden retirárselas o cambiárselas por otras de efecto más natural", señala Vila Moriente, quien resalta que en la actualidad triunfan más las prótesis anatómicas, "con forma de pecho natural, de lágrima o gota y no redondas como un balón como las de hace años". "Tengo pacientes que reconocen que sus allegados no diferencian este pecho del natural", indica este cirujano.

La reducción de pecho también tiene mucha demanda en la comunidad gallega. "Hay mujeres con mucho pecho y esto hace que se les descuelgue, les pese y les provoca problemas por lo que deciden optar por una cirugía para reducir su tamaño que además da muy buenos resultados", explica Vila Moriente, quien deja claro eso sí que es una operación que deja cicatrices. "Lo que tenemos que hacer es desmontar el pecho, extirpar lo que corresponda, reconstruirlo y recolocarlo. No se puede extirpar parte del pecho por un agujerito, esto deja alguna cicatriz", resalta para añadir que "tras el embarazo" también es frecuente que muchas mujeres acudan a un cirujano plástico para elevar o recolocar las mamas.

Las nuevas tecnologías se convierten en unas aliadas de los cirujanos para lograr la naturalidad que buscan los pacientes. Es el caso de las nuevas técnicas para luchar contra el envejecimiento facial. "Hace unos 15 años el lifting consistía básicamente en tirar hacia arriba de la piel que colgaba en el rostro y extirpar la que fuera necesaria. Esto provocaba que las personas tuviesen una cara particular, que ya se identificaba como cara de operada", sostiene Vila Moriente, quien afirma que ahora los retoques estéticos en esta línea tienden a "reponer el volumen perdido con los años" y no tanto a estirar simplemente la piel.

Cirugías poco invasivas como el bótox, el ácido hialurónico o el láser, aseguran en la Asociación Española de Cirujanos, marcan la tendencia para conseguirlo. "Los pacientes demandan pequeños retoques que no les cambien demasiado el aspecto, pero que demuestren que se cuida", señala el doctor Manel Romaní. "A lograr naturalidad ayudan también los nuevos rellenos que ya no son como las siliconas de antes", añade Vila Moriente, quien tiene claro que ahora el objetivo es "no tener cara de operada". "La gente busca un retoque más natural como Letizia Ortiz o Alicia Koplowitz", sostiene este cirujano gallego.

Otras cirugías que causan un mayor cambio en el aspecto del paciente -como puede ser la operación de nariz (rinoplastia)- también cuenta con una variante más discreta. "En muchas ocasiones no es necesario hacer una operación total de la nariz, sino que basta con retocar la punta con anestesia local", señala Vila Moriente, quien reconoce que esta modalidad "es menos agresiva y también menos costosa".

La encuesta realizada entre cirujanos de toda España revela que otra de las operaciones que se mantendrá entre las más demandas este año es la de párpados, bautizada como blefaroplastia. "Se trata de retocar los párpados superiores en personas que los tienen como muy descolgados, algo que incluso puede afectar a la visión", explica Vila Moriente, quien resalta que una vez se reduce esa caída "no cambia para nada la forma del ojo".

Otra cirugía que no pierde seguidores es la liposucción. Desde la Sociedad Gallega de Cirugía Plástica advierten de que se trata de una operación que conlleva más riesgos de los que se cree y resaltan que únicamente debe realizarse en un hospital o clínica habilitada para estas intervenciones. "Lo primero que hay que señalar es que la liposucción viene limitada por la calidad de la piel, en algunos casos no puede hacerse porque el efecto puede ser peor que lo que había antes. Además al quitar grandes volúmenes de grasa conlleva un riesgo de sangrado que obliga a hacerse en un hospital, con un anestesista, etc.", indica Vila Moriente.

Los quirófanos siguen a pleno rendimiento con quienes ansían buscar la belleza. Eso sí, se busca mejorar de aspecto, pero sin parecer otra persona.