El actor Michael J. Fox, diagnosticado de parkinson a los 30 años, es un claro ejemplo de que esta enfermedad neurodegenerativa no es algo exclusivo de la tercera edad. Lejos de ser un caso aislado, la incidencia en menores de 40 años no deja de aumentar. "Se calcula que al menos uno de cada diez nuevos diagnosticados no superan esta edad", señala la directora técnica de la Asociación Parkinson Galicia-Coruña, Sandra García, quien asegura que en la mayoría de los casos "pueden hacer una vida totalmente normal" durante años.

El parkinson -que debe su nombre al médico inglés James Parkinson que la describió por primera vez en el año 1817- es una enfermedad que afecta al sistema nervioso en el área encargada de coordinar la actividad, el tono muscular y los movimientos. Se calcula que hay unos 160.000 afectados en toda España -más de 13.000 en la comunidad gallega- pero las asociaciones de pacientes aseguran que las cifras reales son mucho más elevadas. "Es una dolencia cuyos síntomas se confunden con otras patologías y hay muchos pacientes que tardan en ser diagnosticados", explica Sandra García. Una opinión que comparten en la Federación Española de Parkinson, donde ponen cifras a la demora: una media de entre uno y cinco años y en un 19% de casos se superan incluso el lustro hasta tener un diagnóstico definitivo, lo que, aseguran, "conlleva un deterioro de la calidad de vida de estos pacientes".

La amplia variedad de síntomas por los que puede comenzar es uno de los principales handicaps de la enfermedad a la hora del diagnóstico. "Hay casos en los que comienza con una ligera torpeza en las manos, en otros con rigidez en los movimientos que hace que les lleve más tiempo cuestiones cotidianas como ducharse o vestirse, en otros con temblor e incluso hay en quien comienza con una depresión", señala García, quien indica que el neurólogo puede pedir una serie de pruebas como TAC o PET para descartar otras patologías y confirmar el diagnóstico de parkinson.

Pese a ser la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, el parkinson todavía vive rodeado de falsos mitos. Uno de los principales es la edad. "La gente todavía cree que es una patología de gente muy mayor y no es así. Es muy frecuente ver casos en personas de 50 a 60 años que hoy en día no se pueden considerar mayores. Y a ellos hay que sumar el parkinson juvenil, en menores de 40", señala García, quien asegura que identificar el parkinson con el temblor es otro de los grandes errores. "Un 40% de los pacientes no sufre temblores así que ni es el síntoma más común, ni el más importante", sostiene. Pensar que es una enfermedad mortal, que siempre causa deterioro cognitivo o confundirla con el alzheimer suelen ser otros errores comunes, según explican en la asociación coruñesa.

Otro punto en común de muchos pacientes y familiares que llegan a las asociaciones es la negativa perspectiva que tienen sobre su futuro. "Es cierto que hay casos muy agresivos en los que la enfermedad avanza rápidamente, pero en la mayoría de los casos, el paciente mantiene la calidad de vida durante bastante tiempo", señala Sandra García, quien añade: "Vemos pacientes que llevan 20 o 25 años enfermos y son totalmente independientes". Eso sí para conseguirlo es preciso seguir la medicación -algunos estudios muestran que hasta el 90% no toma el tratamiento tal y como se le ha indicado, lo que puede repercutir en la presencia de síntomas- y acudir a rehabilitación. Por ello, pese a ser una enfermedad crónica y para la que todavía se desconoce la cura, los expertos lanzan un mensaje positivo a los afectados. "Se puede mantener la calidad de vida y la independencia durante muchos años", afirman para resaltar que hoy en día hay todo un abanico de fármacos y terapias para adaptarse a cada paciente.