Los médicos de familia denunciaron ayer que la mayoría de las terrazas cubiertas en España infringen la ley antitabaco, y en ello coincide casi la mitad de los españoles que se siente fumador pasivo en estos espacios cerrados, en los que solo se puede fumar si cuenta con determinadas características. Estos son algunos de los datos de la encuesta realizada por la Sociedad Español de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) con motivo de la XVIII Semana Sin Humo, que se celebra bajo el lema Decídete a dejar de fumar, hoy es el día, y en la que fueron preguntadas más de 90.000 personas (el 18% fumadores).

El 42,2% de los encuestados considera que está expuesto al humo ambiental en las terrazas y hay que tener en cuenta, tal y como recordó el presidente de la semFYC, Josep Basora, que según un estudio de la OCU el 87% de los bares con terrazas cerradas no cumple la normativa. La reforma de la ley del tabaco de 2010 entendía como terraza al aire libre todo espacio no cubierto o todo espacio que estando cubierto esté rodeado lateralmente por un máximo de dos paredes, muros o paramentos. Cuando una terraza está cerrada por más paredes estaría inclumpliendo la actual normativa.

El informe revela además que un 12% de los encuestados reconoce que está expuesto al humo del tabaco en bares y restaurantes, un 6% en su puesto de trabajo y hasta un 14% en su domicilio. Un dato que muestra cómo también están fallando las inspecciones para garantizar el cumplimiento de la norma, añadió Basora.

Pese a este aspecto, el presidente de SemFYC considera que la ley antitabaco fue una "buena medida" ya que en 10 años España ha pasado de tener un 30 a un 24% de población fumadora, si bien cree que todavía hay "margen de mejora" para reducir el tabaquismo.

La encuesta también analizó otros aspectos como el empaquetado genérico de las cajetillas de tabaco que se ha implantado ya en algunos países tras la reciente directiva europea que prioriza las advertencias sanitarias. Solo el 34,6% de los españoles cree que puede influir para que se reduzca el consumo de tabaco, el 38,1 lo duda y el 26,3 está en desacuerdo de que sea así. Además, solo el 32% considera que en los jóvenes este empaquetado pueda influir en que no comiencen a fumar.

Esta reticencia a la medida, según el doctor César Minué, se debe a que muchas personas la desconocen porque hay poca información, con lo que espera que ocurra como en Australia, donde el apoyo a la iniciativa pasó de un 28 a un 51% tras su implantación.

Sobre el consumo de cigarrillos electrónicos, el 72% de los españoles cree que debería estar regulado igual que el tabaco tradicional y el 48% no cree que el e-cigarrillo sirva para dejar de fumar.

Los médicos han advertido del efecto en la salud de estos dispositivos electrónicos, y han hecho hincapié también en la influencia que podría tener en el consumo el aumento del precio del tabaco, que sigue siendo en España uno de los más baratos de Europa.

El 63% de españoles piensa que un incremento haría que mas personas dejaran de fumar, un 68% estaría de acuerdo con una subida, el 70% cree que haría que menos jóvenes se iniciaran en esta adicción, y si se pregunta solo a los fumadores, un 47% sostiene que probablemente fumaría menos, según la encuesta de la Sociedad Española de Medicina de Familia.