Larvas de perca afectadas por la contaminación con partículas de microplástico acaban comiendo sólo plástico e ignoran su fuente de alimento natural, el zooplancton. Este hallazgo, publicado en Science, corresponde a científicos de la Universidad de Uppsala, que encontraron que las larvas de peces expuestos a partículas de microplástico ven alterado su desarrollo y experimentan un crecimiento atrofiado, hechos que producen un gran aumento de las tasas de mortalidad. Las partículas de microplástico (definidas como menores de 5 mm de tamaño) se originan a partir de grandes residuos de plástico desmenuzados en partes más pequeñas, o de plásticos manufacturados de tamaño microscópico (por ejemplo, microperlas en productos de cuidado personal).