La violencia entre miembros de una pareja es el maltrato más frecuente, pero no el único que existe en los hogares gallegos. Un total de 365 residentes la comunidad cuentan con una orden de protección o medidas cautelares al ser víctimas de violencia doméstica, es decir, ser agredidos por algún pariente que no es su cónyuge ni excompañero sentimental. Dentro de la violencia familiar, Galicia sobresale en maltrato hacia los mayores. Un total de 21 abuelos denunciaron a sus nietos por malos tratos en 2015, lo que supone un incremento de un 162% en solo un año (en 2014 hubo ocho denuncias) y sitúa a Galicia como la segunda comunidad con mayor número de víctimas, solo por debajo de Andalucía (25 casos en 2015), según los datos que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La evolución de las denuncias de abuelos hacia sus nietos varía en función del año en la comunidad gallega, pero se ha disparado en los últimos doce meses. Si en 2011 fueron nueve los mayores que denunciaron a algún nieto por agresiones, la cifra subía a 13 en 2012, a 15 en 2013 y volvía a bajar a ocho en 2014 para casi triplicarse en 2015 hasta los 21. Se trata del único tipo de agresiones familiares que crece en Galicia ya que el maltrato hacia padres, hermanos, hijos o nietos bajó en el último año en el conjunto de la comunidad. A nivel estatal, hubo 124 denuncias de abuelos hacia nietos, la mayoría en Andalucía (25), Galicia, Comunidad Valenciana (19) y Cataluña (16). Autonomías como Aragón, Navarra o La Rioja no registraron ninguna demanda por este tipo de violencia doméstica.

Cuando se analizan las denuncias por malos tratos entre familiares, los padres y madres son las principales afectados. De las 376 víctimas registradas en Galicia durante el pasado año, 158 eran progenitores, agredidos por sus hijos. La estadística revela que cada dos días un padre gallego denuncia a su hijo por malos tratos, una cifra que sitúa a la comunidad como la séptima con más casos, por debajo de Andalucía (727), Madrid (768), Comunidad Valenciana (398), Cataluña (350), Madrid (268) y Castilla y León (210). El número de progenitores gallegos que denunció un maltrato de este tipo bajó un 17,2% en el último año, según la estadística del INE.

También desciende el número de hijos maltratados por sus padres pese a mantenerse como el segundo colectivo con mayor número de víctimas. Si en 2014 fueron 88 los hijos que denunciaron que vivían esta situación en su hogar, en 2015 la cifra bajó ligeramente a 84. Lo mismo ocurrió cuando la relación de parentesco entre víctima y denunciado era la de hermanos -de 53 a 40 casos (un 24% menos)- o cuando eran los nietos quienes presentaban denuncia -se pasó de ocho casos a ninguno en 2015-.

Los datos del INE revelan que, al igual que ocurre con la violencia de género, los malos tratos entre farmiliares tienen como protagonistas en la mayor parte de los casos a las mujeres. La cifra de madres gallegas que denunciaron a sus hijos por maltrato (108) duplicó a la de padres (50) y lo mismo ocurrió con las hermanas maltratadas (ellas fueron 28, frente a 12 hermanos) y con los hijos: 56 víctimas femeninas, mientras que 28 eran varones. En el caso del maltrato de nietos a abuelos la feminización es todavía más radical: el 71% de víctimas fueron abuelas (15 casos), frente a seis denuncias interpuestas por parte del abuelo.

En cuanto a la edad de la víctima de violencia doméstica en la comunidad gallega, más de la mitad (el 54%) supera los 45 años. La franja de edad que concentra un mayor número de maltratados es la que abarca de 45 a 64 años -había 104 gallegos de esta edad con una orden de protección-, seguida de quienes superan los 65 años: 99 víctimas con medidas cautelares. En el lado contrario, hay 62 menores de edad que también tienen algún tipo de protección en la comunidad gallega al sufrir violencia dentro de sus hogares. El maltrato no entiende de género ni edad.