Algún día examinarán a sus alumnos, si se cumplen sus sueños, pero esta vez eran ellos los evaluados. Pese a la diferencia de edad, quienes aspiran a ser docentes en la comunidad gallega comparten con los más jóvenes de la casa los nervios que para muchos preceden a una evaluación, repasan los apuntes a última hora e incluso llevan en la mano dos o tres bolígrafos para asegurarse de que la tinta no les falle si no lo hace la inspiración.

"Nos sentimos como niños, pero es que los que damos clases nos sentimos como ellos continuamente", explica Ana, una de las miles de aspirantes a docente que ayer se presentó a la mayor oferta de empleo en educación que convoca la Xunta desde el año 2008. Ana señala que trabaja como interina y reconoce que "nervios se pasan muchos" pese a que no es novata en el examen. Para María y Montse, que como ella se presentan desde 2010, acudir a una oposición es peor que selectividad porque "te juegas el puesto de trabajo, tu futuro, tu vida". "Vas a por todas", señalan.

Aunque desde fuera 1.112 plazas puedan parecer muchas, y, de hecho, constituyan, por número, la mayor oferta pública de empleo en educación desde 2008, ya que se reponen, como aseguró ayer el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, el 100% de las jubilaciones, a los aspirantes les parecen pocas. Al menos a los que, como ellas, pretenden una plaza de maestro de Educación Primaria, donde hay más competencia.

Porque si la media de candidatos a cada puesto de la Xunta es de 13,5, en esta especialidad es de 46 lo que la hace la más reñida. "En Inglés lo tienen mejor", se queja Ana, quien se presentó por primera vez a los exámenes en 2010 y repitió en 2011. Entonces, tras estudiar cuatro horas al día, le salieron bien y está dando clase, aunque ahora su ilusión es una plaza definitiva. "Es una presión añadida", señala esta profesora gallega.

No obstante, no todos los convocados (la mayoría mujeres) ayer en el CIFP Politécnico de Santiago, donde se ubicaron tres de los 15 tribunales de Primaria repartidos en las ciudades gallegas, excepto Ferrol, compartían esa aspiración. Otros interinos acudían porque están obligados para mantener su puesto en la lista. Alegan que tienen una "competencia difícil". Como decía un chico, "sales por la tarde del colegio mientras otros se pasan entre 9 y 12 horas al día en la biblioteca".

En el caso de Educación Secundaria el mayor número de plazas que se ofertan en estas nuevas oposicionies es en Matemáticas, y a ellas se presentan 614 personas. Otras 70 serán para Lengua Castellana, donde se han apuntado para hacer el examen 837 opositores.

Unos y otros tienen en común una profesión a la quieren dedicarse porque les gusta. Pero el precio de realizar esa vocación son muchas horas de estudio. María lleva cuatro años preparando el examen, desde la primera vez que se presentó, en 2010, y esta vez aspira a "lograr la mejor nota para estar en las listas" mientras que otra de las presentes en el examen, Montse, asegura que lo sacrificó "todo" y no salió en todo el año porque busca sacar plaza y "solo hay tres por tribunal".

En lo que coincidieron todos es en agarrar bien fuerte el DNI, que les permitió cruzar la puerta en la que, sentados en pupitres, iguales a los de los niños a los que algún día esperan dar clases, se examinaron en alguno de los 123 tribunales.

La Consellería de Educación trasladó que la jornada discurrió con normalidad, excepto que cuatro embarazadas ingresaron el día anterior en el hospital y se las examinará en otra fecha.

Tras el fin de semana continuarán las pruebas de esta nueva oferta de empleo educativa de la Administración gallega.