Hace unas semanas el universo de las redes sociales se convulsionó de arriba abajo. Microsoft anunciaba la compra de la red social profesional LinkedIn por 26.000 millones de dólares. Es la mayor adquisición de la compañía de Bill Gates en sus 40 años de historia.

Había llegado a gastarse 8.500 millones en Skype en 2011, 7.200 millones en Nokia en 2013 o 500 en Hootmail en 1997, pero nunca había desembolsado una cantidad tan elevada. Ni la suma de estas tres llega a los 26.000 millones que va a pagar por LinkedIn

La compra de la red social profesional es, además, uno de los mayores movimientos en el sector tecnológico de todos los tiempos, superior a los 19.000 millones que Facebook abonó por WhatsApp en 2014, los 18.600 que se gastó HP en Compaq en 2002 o los 12.500 que Google malgastó en Motorola en 2011.

Entonces, ¿qué le lleva a una empresa como Microsoft a realizar este movimiento? ¿Por qué se gasta 26.000 millones en una red social de 400 millones de usuarios, cuando Facebook había pagado 19.000 por WhatsApp hace dos años y tenía 1.000 millones de usuarios? ¿Por qué abona 250 dólares por cada usuario activo de LinkedIn? No solo hay una razón que lo explique, sino que la mezcla de varias ayuda a entender mejor este movimiento.

En primer lugar, Microsoft se había quedado fuera de dos de las grandes revoluciones de los últimos años: los smartphones y las redes sociales. Con los primeros pretendió subirse al carro con la compra de Nokia en 2013, pero no funcionó. Y con las segundas, intentó tener su propia red social (So.cl), pero también fue un fracaso. Por eso, la adquisición de LinkedIn le coloca como un actor principal en el mundo de las redes sociales.

Este movimiento táctico también le sirve para plantar cara a Facebook, que estaba creciendo demasiado y las diferencias entre ambas compañías cada vez eran mayores. No se coloca a su mismo nivel (la red social de Zuckerberg tiene 1.600 millones de usuarios por 400 de LinkedIn), pero sí al de Twitter, Instagram o Google+. Al hacerse con LinkedIn, Microsoft coge el tren de la web social, que nunca tenía que haber perdido, y para una compañía tan tecnológica es algo fundamental.

Facebook, además, lleva meses trabajando en una red social profesional que sería la competencia de LinkedIn y a Microsoft ya no le quedaban muchos más trenes a los que subirse. Y se adelanta a Zuckerberg por si le daba la tentación de ir a por LinkedIn.

Y otras de las causas es que, al contrario que otras redes sociales, LinkedIn tiene un crecimiento sostenible y está asentada.

Microsoft también ha conseguido una enorme base de datos de gran valor y esos 400 millones de usuarios son un público muy apetitoso para los productos que ofrece. E integrará los datos de los perfiles sociales de su nueva adquisición en sus herramientas Office 365, Skype, Microsoft Dinamics, Outlook, Yammer, Cortana o Bing. La jugada no parece mala.

¿Y ahora qué? En principio, Microsoft deja de ser un don nadie en las redes sociales y pasa a controlar una de las redes sociales con mejor futuro. Tampoco hay que olvidarse que la compañía de Bill Gates además de ser ahora dueña de LinkedIn también lo es de Skype y del 3% de Facebook (la propia Facebook, WhatsApp o Instagram).

Pero la pregunta es ¿qué ganamos los usuarios con esta compra? Pues, posiblemente no mucho.