Cada verano las altas temperaturas provocan golpes de calor que en algunos casos acaban en fallecimiento: más de una veintena el año pasado. Los profesionales sanitarios recomiendan extremar la precaución desde el momento en que los termómetros superen los 35 grados. Cualquier persona es susceptible de sufrir un golpe de calor, que puede causar la muerte.

Ante la sospecha de que alguien puede estar sufriendo un golpe de calor, lo primero que hay que hacer es refrescarle con paños húmedos o agua fría y darle de beber si está consciente después de haberle colocado a la sombra. Si persisten los síntomas hay que trasladar al paciente a un centro de salud u hospital o avisar al 112. Es muy importante actuar cuanto antes. "El golpe de calor entraña que la temperatura suba más de 40 grados. Cuánto más tiempo se tenga esa temperatura, mayor es el peligro", advierte el doctor Javier García Alegría.

Aumentar la ingesta de líquido, no exponerse al sol más de veinte minutos seguidos en las horas de más calor, buscar la sombra cuando no haya más remedio que estar al aire libre, vestir ropa ligera y protegerse con gorra o sombrero son algunas de las pautas para evitar un golpe de calor.