Los ilustradores gallegos denuncian el "intrusismo" en este sector, mientras reclaman, para reducir estos casos y hacer más visible su trabajo, una relación "más fluida" con las editoriales. "Somos un trabajador más, aunque, a veces, nos consideren como artistas bohemios", subraya el presidente de la Asociación Galega de Profesionais da Ilustración (Agpi), Sergio Covelo. Éste es uno de los objetivos por los que nació la asociación, hace más de 10 años.

"Para compartir información y defender la profesión, ofreciendo asesoramiento y creando herramientas". Como ejemplo, Covelo cita la Guía Ninja del Ilustrador, una iniciativa con la que buscan dar respuesta a las dudas que se plantean los autores, sobre todo, cuando comienzan a trabajar. "Se explica cómo debes hacer si te plagian, si te debe dinero un cliente...", indica como ejemplos.

"Buscamos dar rostro a la profesión", resume, además, sobre el papel de la asociación, que también organiza eventos como debates en torno a la situación de los ilustradores, que celebra de forma periódica.

Sobre esta situación, Sergio Covelo afirma que "la precariedad" que viven muchos de estos profesionales les lleva a tener que "reinventarse". "Dedicarse a la enseñanza o al diseño gráfico", afirma precisando, a colación, que muchos "entran y salen de la profesión" debido a la falta de una continuidad en su trabajo.

A ello, suma las dificultades que tiene su condición de "autónomos". "En España, la labor creativa no está como debería ser", afirma el presidente de Agpi. No obstante, destaca el apoyo que suponen iniciativas como el Salón del Cómic de A Coruña o la difusión que, con la colaboración de la Xunta de Galicia, hacen en otros certámenes dentro y fuera de España.

Con todo, también hace autocrítica y remarca que los propios profesionales tienen que empezar "a valorar" su profesión". "Cuando uno empieza, hay gente que trabaja gratis y con eso se está invitando a que no se nos valore", apunta.