Aumentar la producción científica y captar nuevos alumnos, incluso procedentes de extranjero. Estos son los principales retos de la universidad gallega expuestos ayer por el rector de la de Santiago, Juan Viaño, en la ceremonia de apertura del curso académico a la que asistieron, entre otros, los máximos responsables de la Universidade da Coruña, Julio Abalde, de la de Vigo, Salustiano Mato, y el conselleiro de Educación, Román Rodríguez.

En nombre de los tres rectores, Viaño sostuvo que el fracaso es algo que debe preocupar a los gestores, pero no asustar ni mucho menos impedir que se asuman nuevos retos y se cambie la forma de hacer las cosas que no funcionan. Por ello, cree que ahora es el momento de abrir una nueva etapa en el que las universidades "deben crecer en producción científica, en captación de estudiantes nuevos, en atracción de alumnado extranjero y en la mejora de los recursos para la docencia y la investigación". Sin embargo, advirtió que el debate no está en cuántos centros universitarios es capaz de acoger el sistema educativo, sino en los resultados formativos y de investigación que cada año llegan a la sociedad. "Los debates de los años ochenta deben quedarse en los ochenta, y en 2016 se deben centrar en cómo formar mejores profesionales de la medicina, de la abogacía, la economía o la química", argumentó. Para el rector compostelano sería una "irresponsabilidad no entender la importancia de tener una docencia y una investigación universitaria semejante a la de cualquier lugar del mundo" y recordó que las universidades tienen "la obligación de atender las necesidades de la sociedad de manera ágil, eficaz y transparente", advirtiendo de que "no pueden caer nunca en el conformismo de pensar que por el mero hecho de ser públicas ya son inmortales". A su juicio, las universidades deben comprometerse socialmente a "descubrir o inventar la solución al cáncer, al racismo o a la alimentación mundial".

Por su parte, el conselleiro coincidió en la necesidad de fomentar el "esfuerzo" como "piedra filosofal del talento" y con el reconocimiento para que "el trabajo diario no quede en el plano individual", sino que sea el "leit motiv del sistema" que invite a la superación.