Si se observan los gráficos que ilustran la evolución de la varicela en Galicia desde el año 1994 a la actualidad el resultado se parece bastante a una montaña rusa, con picos cuando el número de casos es más alto y valles en los años en que descienden. Esta dolencia, como explica el subdirector xeral de Información sobre Saúde e Epidemioloxía del Sergas, Xurxo Hervada, no solo tiene un carácter estacional, con mayor incidencia en la primavera y comienzos del verano, sino también, apunta, un carácter cíclico que provoca que las ondas se produzcan cada dos años. Lo que ocurre es que tras un año donde se producen más contagios, se reduce el número de personas susceptibles al siguiente, aunque luego vuelvan a aumentar tras incorporar a recién nacidos o inmigrantes.

Eso puede contribuir a explicar por qué tras un 2015 en el que la comunidad gallega registró 8.554 contagios, un 25% menos que los acumulados durante el año anterior, cuando se alcanzaron los 11.501, todo apunte a que el presente ejercicio se batirán récords. A estas alturas de 2016 -con datos a 30 de agosto-, al Sergas le han notificado ya 12.091 infecciones, el doble de las contabilizadas en el mismo período (entre enero y finales de agosto) del año pasado, cuando ascendieron a 6.084.