Está claro que el futuro (y el presente) está en los datos personales. Las redes sociales, WhatsApp, Google o YouTube son gratis porque a cambio pagamos con nuestra información personal. Esos datos sirven después para que nos ofrezcan, según dicen ellos, mejores servicios, sobre todo, anuncios más similares a nuestros gustos.

Y estábamos todos tan contentos -los usuarios pagando con nuestros datos y las grandes empresas de internet haciendo caja con ellos- que han llegado las operadoras de telefonía, como paladines de las historias del rey Arturo, para mediar entre unos y otros.

Telefónica ha anunciado que trabaja en una tecnología que servirá para defender la privacidad de sus clientes. Quiere que los usuarios dispongan de la información de todos los datos personales que vierten a internet para que sean conscientes de que hay otros que están haciendo caja con ellos. Y serán los clientes los que decidan después lo que quieren hacer. Hasta cobrarles a Facebook o Google. ¿Cobrar por nuestros datos personales? No estaría mal. La operadora española lleva más de un año y medio trabajando en esta idea y, en principio, no estará lista hasta 2017.

"Ahora mismo estas empresas (Facebook, Google o WhatsApp) están generando grandes beneficios a través de los datos personales de sus usuarios", reconoce el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. ¿Y qué gana Telefónica? Solo fidelizar a sus clientes. No quiere sacar beneficio, asegura. ¿Una empresa del Ibex que no quiere sacar beneficios?

Desde que nacieron las grandes empresas de internet y empezaron a ganar ingentes cantidades de dinero, las operadoras de telefonía siempre han querido un trozo del pastel. Repito las palabras de Álvarez-Pallete: "Ahora mismo estas empresas están generando grandes beneficios a través de los datos personales de sus usuarios".

El anterior presidente de Telefónica, César Alierta, insistió durante mucho tiempo en cobrarles por utilizar sus infraestructuras. Hay algún video muy cómico en YouTube sobre el asunto. Como Facebook, Google y compañía se estaban haciendo de oro utilizando las redes que -con mucha inversión, eso sí- habían desarrollado las operadoras de internet, éstas pretendían cobrarles un canon. Las grandes gigantes de internet, entonces, esbozaron una pequeña sonrisa y todo siguió igual. Era como si el Estado le quisiese cobrar un canon a los camiones de Inditex porque gracias a que utilizan las carreteras para transportar su ropa, la empresa está ganando mucho dinero.

Así que la maniobra de las operadoras parece que va más por tocarles las narices a las multinacionales de internet que por proteger los datos de los usuarios.

Porque, salvo algunas excepciones, a los usuarios nos importa bastante poco la privacidad. Podemos ajustarla en Facebook, pero luego se nos va a escurrir si hacemos una búsqueda en Google o si nuestro smarthpone nos geolocaliza.

Los humanos somos así. Pataleamos más porque WhatsApp vaya a costar un euro (no, no va a costar un euro, tranquilos) que por que le dé nuestro número de móvil a Facebook. Somos así.

Aunque la idea de Telefónica parece buena, no va a tener mucho futuro. Muy pocos usuarios van a percibir un valor en esta nueva plataforma para gestionar su información personal cuando están regalando gratis sus datos a las redes sociales.

La única duda sería si pudiesen cobrar por esos datos, pero entonces ¿esos beneficios desgravarían o habría que meterlos en la declaración de Hacienda? Demasiado lío.