María José Abeng, la madre biológica del niño de cuatro años que ayer le fue entregado por orden judicial por la familia valenciana que lo tenía en régimen de preadopción, afirma que el pequeño se encuentra "bien" y "tranquilo" y pide "respeto" para ambos y que se les deje disfrutar de lo que hasta ahora se les ha negado. "Soy española, aunque mi piel sea negra", afirma la mujer, nacida en Guinea y residente en España desde los dos años, en una carta que publicó a través del perfil en una red social de la abogada que llevó su caso y en la que asegura que desde un inicio se le dijo que su hijo sería dado en adopción y que desde entonces luchaba por recuperarlo.

Abeng relata cómo la intervención de los servicios sociales del Principado de Asturias determinó su ingreso en un centro de acogida al ser declarada en desamparo donde se quedó embarazada a los 14 años "de una persona que ni era príncipe, ni era azul, todo lo contrario", circunstancia que fue advertida por su madre durante una visita de fin de semana a los siete meses de gestación. "Qué curioso que los servicios sociales que querían protegerme de mi propia madre no pudieran protegerme ellos de un embarazo y ni siquiera se dieran cuenta de que una vida crecía dentro de mí", añade a la vez que relata que en aquel momento se le notificó "muy cordialmente" que el niño iba a ser dado en adopción.

La joven decidió entonces huir de España ayudada por un familiar y trasladarse a Guinea durante un mes y medio aunque optó por regresar, asesorada por un abogado ante el riesgo de que le causase problemas a su madre. Tras dar a luz sin que, afirma este joven, se le permitiera ver a su hijo, regresó al centro de acogida mientras el bebé fue trasladado a otro donde pudo verlo inicialmente una vez a la semana y luego una hora al mes hasta que a los nueve meses se suspendieron las visitas.

Abeng alude además a una notificación de la jefa de sección de Centros de Menores del Principado en la que ésta admite que hay un conflicto de intereses entre el derecho del niño a tener unos padres y a no crecer en un centro y el suyo como madre a tener relación con él.

Después de que la Audiencia de Oviedo resolviese a su favor, la mujer señala que en agosto acudió a Sueca (Valencia) para recuperar a su hijo sin que los padres adoptivos se presentaran a realizar el proceso de adaptación y que la Guardia Civil tardó un mes en localizarlos para concertar otra cita a la que tampoco acudieron hasta ser advertidos de que podían ser detenidos.