La vida sexual de muchas parejas se resiente cuando se produce el embarazo. Pese a que los expertos aseguran que durante la gestación se pueden mantener relaciones sexuales sin problemas, en la práctica los tabús y los falsos mitos ganan la batalla entre las sábanas. "Todavía hoy en día es habitual que las parejas reduzcan el número de relaciones durante el embarazo. Es cierto que se produce un alteración emocional y cambios en la imagen corporal, pero en la mayoría de los casos se debe a la creencia de falsos mitos como que se puede dañar al feto o provocar el parto", resalta Lourdes Rodríguez, miembro de la junta directiva de la Sociedade Galega de Sexoloxía, quien resalta que, salvo casos puntuales, "el sexo en el embarazo no supone ningún riesgo".

El temor a dañar al bebé durante la penetración es una de las falsas creencias más extendidas y que contribuye a vetar el sexo en la gestación. "Es un error porque el cuerpo humano está perfectamente diseñado para albergar al feto y permitir las relaciones. La bolsa de líquido amniótico aísla y protege al feto, al igual que el tapón mucoso que cierra la entrada del útero. No hay riesgos para el bebé", sostiene esta sexóloga, quien también niega que la mujer pueda "sentir molestias" durante el sexo por estar embarazada. "Suele ser otro de los miedos de muchos hombres", sostiene Rodríguez.

Otro falso mito es creer que el sexo en la última fase del embarazo puede adelantar el parto. "Hay estudios científicos que demuestran que una sexualidad moderada no va a desencadenar ni a adelantar el parto", recuerda esta sexóloga gallega, quien asegura que es el médico quien debe determinar si las parejas pueden mantener su sexualidad sin cambios durante la gestación. "En general se pueden mantener relaciones sin problemas, pero hay casos en los que no es lo aconsejable como embarazos de riesgo u otras situaciones puntuales en donde hay que tomar precauciones no solo para el sexo sino para otras actividades cotidianas", resalta esta especialista. En este sentido, desde la Federación Española de Sociedades de Sexología aseguran que hay que evitar el sexo "siempre que se sangre durante la gestación" tanto si el sangrado se produce tras haber mantenido relaciones como si ocurre de forma espontánea. Además, coinciden con los expertos gallegos al asegurar que en los embarazos de riesgo no sólo el sexo debe estar bajo control. "La mujer debe cuidarse, estar tranquila y en algunos casos incluso se aconseja que esté en la cama", señalan.

Los expertos reconocen, eso sí, que hay ciertas prácticas que conviene evitar. "Cada vez están más de moda el uso de geles durante las relaciones. Pese que normalmente la absorción es más rectal que vaginal hay que tener precaución porque suelen incorporar unos colorantes, unos excipientes que no siempre han sido testados", sostiene Lourdes Rodríguez, quien también aconseja tener cuidado con la postura elegida durante el último trimestre del embarazo. "Hay que tener en cuenta que el volumen de la barriga es mayor y por ello hay que buscar una postura cómoda", indica esta enfermera y sexóloga gallega. Los expertos aconsejan mantener relaciones sexuales siempre en posturas en donde la barriga no choque con el hombre para evitar presiones.

Pese a que la pareja opte por mantener su vida sexual activa mientras espera por el bebé, lo cierto es que las relaciones atraviesan diferentes fases en función de la etapa del embarazo. En los primeros tres meses, los expertos en sexología reconocen que hay ciertos cambios y molestias que pueden provocar una bajada de la libido por parte de las mujeres. "El primer trimestre es un poco problemático porque hay cambios anatómicos, se pueden producir náuseas y todo eso hace que pueda bajar el deseo sexual de la mujer, pero como se produce un descenso cuando tienes una mala digestión", señala esta experta que forma parte de la actual junta directiva de la Sociedade Galega de Sexoloxía.

Una vez superada esta fase, los cambios propios del embarazo pueden convertirse en un aliado que mejore la sexualidad de la pareja. "Hay cambios hormonales, cambia la coloración de los pezones, aumenta la sensibilidad... y todos esos cambios se pueden aprovechar para vivir una sexualidad distinta", explica Lourdes Rodríguez. "La mayor irrigación sanguínea hace que en ciertos casos las zonas genitales estén un poco más dilatadas, lo que en algunas mujeres aumenta la sensación de placer al mantener relaciones sexuales", añaden desde la Federación Española de Sociedades de Sexología.

Más allá del placer, la sexualidad durante el embarazo puede servir para afianzar la complicidad de la pareja. "Es una etapa de cambios en la imagen corporal y para la mujer es importante la autoestima, el sentirse deseada, poderosa. Sentirse bien con uno mismo hace que las relaciones con los demás sean más placenteras", señala Rodríguez, quien cree que por ello es muy importante "hablar sin miedo" de los cambios y temores durante esta etapa entre los miembros de la pareja. "Hay que buscar la complicidad e informarse, consultar cualquier duda con los profesionales, no comerse la cabeza porque el problema es que hoy en día con las tecnologías tenemos más información, pero no siempre la correcta. Existe un gran desconocimiento y muchos mitos sobre la sexualidad en el embarazo", explica esta sexóloga gallega, quien insta a retirar el veto al sexo en la gestación.