Las enfermedades de transmisión sexual son algo todavía frecuente en las consultas gallegas. Sólo en el caso de la infección gonocócica -conocida popularmente como gonorrea-, la cifra de afectados ascendió a 178 durante el pasado año, lo que supone una media de un nuevo diagnóstico cada dos días, según el último Boletín Epidemiolóxico de Galicia, publicado por la Dirección Xeral de Saúde Pública, dependiente de la Consellería de Sanidade. Una cifra que supone un descenso del 14% respecto al año anterior -cuando hubo 209 casos- y un cambio de tendencia ya que la comunidad llevaba tres años con un aumento constante de esta dolencia.

La gonorrea -causada por la bacteria neisseria gonorrhoeae- se transmite únicamente por vía sexual y puede afectar a la uretra, el cuello uterino, el recto o la garganta en función de las prácticas sexuales del paciente. Su incidencia en la comunidad ha dado un giro de 180 grados en varias ocasiones a lo largo de las últimas décadas. Si Galicia finalizaba 1995 con 933 casos -primer año del que la Xunta ofrece datos en el balance anual de enfermedades de declaración obligatoria en el que se incluye la infección gonocócica-, la cifra se reducía drásticamente en sólo diez años y Galicia no alcanzaba el centenar de afectados en 2005 (93 casos).

La incidencia llegó incluso a mejorar en años posteriores -73 casos en 2009 o 68 en 2010- para después comenzar un nuevo ascenso que llevó a que los casos se duplicasen en sólo dos años: de los 77 que hubo en 2011 se pasó a 104 en 2012, 140 en 2013 y 209 en 2014. Los expertos atribuyeron este aumento de casos a que los jóvenes cada vez son más promiscuos y a que en los últimos años se "ha bajado la guardia" y son muchos quienes practican sexo sin preservativo.

Pese a que a nivel gallego, la incidencia de esta dolencia venérea bajó en 2015, lo cierto es que la evolución varía en función de la provincia y la franja de edad analizada. El Boletín Epidemiolóxico de Galicia revela que la franja de edad con más casos es la de quienes tienen de 25 a 29 años -una media de 27 casos por cada cien mil habitantes mientras la media gallega es de 6,5 afectados- y aclara que la incidencia "bajó en todos los grupos de edad, excepto entre los jóvenes de 15 a 19 años, en donde creció tanto en varones (un 57%) como en mujeres, en las que se cuadruplicó".

En el caso de las provincias, A Coruña se mantiene como la que registra una mayor incidencia -7,5 casos por cien mil habitantes-, frente a los 7,2 casos de Ourense, los 5,9 de Pontevedra y los 4,1 de Lugo. También hay diferencias en función de la franja de edad y el sexo del paciente. Pontevedra es la provincia con mayor tasa por cada cien mil varones en las franjas de los 15 a los 19 años (29,8 casos por 100.000 personas) y la de 20 a 24 años (35) mientras que Ourense lidera el resto de grupos de edad: 64 casos en la franja de 25 a 29 años, 83 de 30 a 34, 18 de 35 a 44 y 9,2 entre los varones que superan los 45 años. La situación varía totalmente al analizar los casos en mujeres. La incidencia es mucho menor y A Coruña es líder de afectadas en todas las franjas de edad: la mayores tasas -17, 7 y 14,6 casos por cien mil habitantes- se dan entre las veinteañeras y las adolescentes, según la última estadística del Sergas. En Ourense, por ejemplo, no se notificó ningún caso en mujeres en todo el año.

Los síntomas de esta enfermedad de transmisión sexual varían según el sexo y los médicos reconocen que, en algunos casos, puede pasar desapercibida en las mujeres. En los hombres, los principales síntomas son dolor y ardor al orinar, necesidad de miccionar en más ocasiones, sensibilidad en los testículos y a los tres o cinco días de haberse contagiado, la secreción de una sustancia amarillenta o verde por la uretra. En el caso de las mujeres pueden aparecer molestias al mantener relaciones sexuales, dolor abdominal, fiebre o mayor secreción vaginal, pero a veces los síntomas son leves y pueden pasar desapercibidos.

Un simple cultivo permite diagnosticar esta patología que debe tratarse con antibióticos para evitar complicaciones como problemas para orinar o inflamación de las trompas de Falopio. Los expertos recomiendan abstenerse de mantener relaciones sexuales hasta una semana después de finalizar el tratamiento para evitar el contagio.

Pese a superar el centenar de casos al año, la gonorrea no es la dolencia venérea más frecuente. Los médicos aseguran que entre las más habituales están el virus del herpes simple y el virus del papiloma humano así como las provocadas por las bacterias como la clamidia. En el primer caso, se trata de un virus con dos variantes que puede afectar a la zona genital o de la boca y que se caracteriza por la aparición de llagas. Para el del papiloma humano hay vacuna preventiva.