El estudio de la autofagia, el proceso por el cual la célula destruye sus propios contenidos encerrándolos en una membrana y trasladándolo a un compartimento de reciclaje para su degradación, es esencial, por ejemplo, en la adaptación a la inanición o en las respuestas a las infecciones. Gracias al descubrimiento de los mecanismos de la autofagia Yoshinori Ohsumi acaba de ganar el Nobel de Medicina 2016. El investigador Guillermo Mariño explica ahora algunas claves para entender la autofagia.

►Funciones. La autofagia funciona de forma diferente en los organismos simples (unicelulares) que en los organismos complejos (pluricelulares).

►En organismos simples. Según explica Mariño, "básicamente la autofagia es un complejo sistema que se encarga de degradar y renovar partes de la célula, proporcionando energía y bloques químicos básicos que sirven para construir nuevas estructuras celulares". "En estos organismos simples, como las levaduras, donde el doctor Ohsumi ha desarrollado principalmente sus estudios, la autofagia sirve para constituir un sistema de resistencia a la falta de nutrientes y otros tipos de adversidades ambientales", señala este investigador.

►En enfermedades neurodegenerativas. En los organismos pluricelulares, como nosotros, las células no se dividen tanto como en los organismos simples. "Entonces, son más sensibles a la acumulación de estructuras dañadas que se generan con el paso del tiempo y van a afectar progresivamente a las funciones celulares si no se eliminan. La autofagia se podría asemejar, en este sentido, a un sistema de limpieza. Las células de nuestro cuerpo utilizan este mecanismo de forma constante. A niveles bajos pero suficientes para permitir mantenerse limpia", afirma Mariño. Por eso existe un gran interés científico en la modulación terapéutica de la autofagia en el contexto de enfermedades neurodegenerativas, ya que la acumulación de estructuras dañadas y agregados proteicos es una de las causas principales de la neurodegeneración. "De hecho, al eliminar la autofagia en el cerebro de ratones de laboratorio, éstos sufren una profunda neurodegeneración", afirma este investigador.

►Ejemplos. A Mariño le gusta hacer este símil: "la célula es una casa muy grande y en ella existe un número variable de robots aspiradores autónomos. Si, por ejemplo, los paramos todos, al cabo de un mes o dos meses se va a acumular suciedad. Pero si se usan más y más rápido ocurrirá todo lo contrario", dice. "Pues así es como funciona la autofagia en organismos pluricelulares como nosotros", indica.

►Otras dolencias. No sólo tiene implicaciones en el caso de enfermedades neurodegenerativas. Según explica el doctor, se ha visto que en ratones -que tienen una fisiología muy parecida a la nuestra- al eliminarse la actividad autofágica en el hígado, estos roedores comienzan a acumular mitocondrias en sus células que, al final, acaban desarrollando problemas en el hígado.

►En el cáncer. La autofagia juega un papel dual muy complejo que se estudia con gran interés en la comunidad científica. Por un lado, la autofagia constituye un sistema de protección contra la aparición del cáncer. No obstante, una vez que éste se ha producido, la autofagia constituye un sistema de defensa a favor de los tumores que les permite resistir mejor los tratamientos antitumorales, algo similar a lo que ocurre en levaduras y otros organismos más simples.