Usar el deporte como una herramienta más para abordar los trastornos de alimentación. Este es el objetivo del programa de recuperación funcional que la Asociación de Anorexia y Bulimia de A Coruña (ABAC) puso en marcha el pasado mes de julio. Se trata de aprovechar los beneficios que el ejercicio físico puede tener para estos pacientes a nivel mental, pero ni sirve cualquier deporte ni basta con hacerlo de manera individual y sin la supervisión de un especialista. "El deporte por sí solo no trata, debe ir acompañado del trabajo de otros especialistas", explica el coordinador del programa, Martín Fernández, que ayer explicó las claves de este proyecto en el I Congreso Gallego sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria que se celebra hasta hoy en la Fundación María José Jove de A Coruña.

-¿Cómo se utiliza el deporte, muchas veces vinculado a perder peso o lograr una figura, para ayudar a quienes tienen distorsionada la imagen de su cuerpo?

-Pues precisamente abandonando un poco esa idea de que el deporte sólo tiene una parte física, que sirve para controlar el peso. Está demostrado que hacer ejercicio más allá de las ventajas que todos sabemos como reducir el riesgo cardiovascular o de diabetes, es muy importante también nivel de la salud mental. En el caso de estos pacientes el deporte es bueno para reducir la ansiedad, les sirve para socializar porque normalmente son personas introvertidas, les permite asumir un rol importante...

-¿Cualquier deporte es beneficioso para estos pacientes?

-No, no todo deporte es válido, hay que adaptarse a las necesidades de estos pacientes. En el programa, por ejemplo, evitamos los deportes cíclicos, lo que se basan en repeticiones como puede ser andar o montar en bicicleta porque es a lo que normalmente tienden los afectados de trastornos de alimentación, a basar el deporte en repeticiones. Aquí optamos por deportes acíclico, donde la riqueza no sea repetir sino los movimientos como la danza, la gimnasia rítmica o el lanzamiento de peso.

-No sirve, por tanto, apuntarse de manera individual a un gimnasio para abordar la anorexia o bulimia.

-No porque el deporte por sí solo no sirve para tratar los trastornos de alimentación. Es preciso que el resto de especialistas que abordan estas patologías hagan su trabajo. Además, no se trata de hacer deporte sin más, hay que analizar caso por caso, conocer al paciente e ir adaptando las actividades a su situación.

-¿Cómo se traduce en la práctica este programa deportivo?

-Lo primero es una adaptación anatómica y sentar las bases de seguridad para el ejercicio. Después poco a poco vamos trabajando con el paciente cuestiones relacionadas con el autoconcepto, con la imagen corporal. Poco a poco vamos programando actividades con ellos, en las que usamos técnicas del pilates, del yoga, de la técnica de Alexander, se trata de coger lo bueno de cada cosa y adaptarlo a lo que precisamos.

-¿Qué pacientes pueden tratar su trastorno de alimentación con esta técnica?

-No todos los pacientes pueden. Para que comiencen a trabajar en este programa necesitamos que estén estables emocionalmente y a nivel de alimentación.

-¿En qué fase está el programa en A Coruña?

-Desde julio contamos con cuatro pacientes que participan en el programa. Ya hemos pasado la fase de valoración y estamos en plena puesta en marcha.