Domingo 23

Reencuentros. Qué corta es la memoria a veces. Nos han saturado de reencuentros -el de Chenoa y Bisbal, el de Bustamante y Bisbal-. Hemos soportado idas y venidas, vaivenes, veleidades al borde de la ciclotimia (ahora sí, ahora no, ahora sí...) Hemos tenido que mirar dos veces para recordar a algunos. Para reconocer a otros. Hemos visto lloros, besos, abrazos, dúos, actuaciones que ni Paquita Salas defendería. Hemos visto tales dramones que la psicóloga del programa ha tenido que salir al paso. Lo hemos visto todo y no hemos visto nada. Porque ¿vamos a ver? ¿dónde está Carlos Lozano? Ya, ya, en la granja. Pero no hablo de ese Carlos Lozano, ni del los reality- shows, ni el de los culebrones. Hablo del Carlos Lozano que lo presentaba todo, el que llamaba a los concursantes los chicos, mis niños (ah, que eso lo sigue diciendo, incluso si sus granjeros y pretendientas están más talluditos). Ya lo dicen los clásicos, Víctor Sandoval parafraseando a Billy Wilder: qué duro es el crepúsculo de los dioses. Le pasó a Leticia Sabater sin ir más lejos, otra presentadora histórica. Pero ahí la tienes, aguantando el tirón. Aunque sea a base de salchipapas.

Lunes 24

Mónaco. Puede que París deba compartir la titularidad como capital del amor con Nueva York. Porque de una a otra han saltado Mar Flores y su millonario. ¿He dicho millonario? Quería decir amado. Lequio me confunde. Roma, por cierto, queda rezagada. También Montecarlo. Hay mucho amor en el pequeño principado, es cierto. La nueva pareja de moda se oficializa en la gran manzana en un acto en memoria de la princesa Gracia. Y reaparecen juntos Alberto y Charlene. Pero ni aún con esas. Los soberanos monegascos en Hollywood no pasarían un casting para protagonizar una comedia romántica (se ve que en el reparto genético el heredero salió más al padre que a la madre, al revés que sus hermanas). Y eso que él es Piscis. Y ella, nadadora.

Martes 25

Yernos. No debe ser fácil, vaya por delante, llegar a una familia famosa por la vía del matrimonio. Tener como suegra a una diva no ha de ser plato de gusto. Que se lo pregunten a Antonio David, a Bofill Jr. durante el poco tiempo que estuvo casado con Chábeli, a Pipi Estrada, a los novios de Chabelita... O a Tejado mismo. Hecho este reconocimiento, vayamos a cuando el del difícil papel puede acabar cargando con todas las culpas si las sagas caen de la cima a la sima. El marido de Chayo, que no se dedica al showbusiness sino a las reformas, anda en boca de todos. Y, al ejercer su legítimo derecho en los tribunales, muerde la mano que da de comer a los suyos. Echan a la Benito y al yerno le niegan la razón. ¿Con un reality en familia, pelillos a la mar? Igual...

Miércoles 26

Bigotes. Existen „de acuerdo a los cánones del campeonato del mundo de barbas y bigotes (World Beard and Moustache Championships)„ seis

estilos o tipos de bigote: el dalí, delgado con puntas largas hacia arriba; el húngaro, grande y poblado extendido hacia los lados; el sesentero, muy delgado y en dos segmentos; el imperial, con puntas arqueadas hacia arriba; el inglés, relativamente delgado, de pelos muy largos extendidos hacia los lados; el natural, que no excede más de 1´5 cm por encima del labio superior y el estilo libre, para cualquier otra figura pilosa. a estos efectos, el chileno Edmundo estaría, inferimos, en algún lugar intermedio entre Hungría y el Reino Unido. El vello facial es más que vello facial para nuestro hombre. Le caracteriza hasta tal punto que lo adoptó en el nombre. Pero este furor piloso empieza y acaba en su labio superior. La barbilla luce lampiña. Ni rastro de barba. Un estudio científico concluyó que los hombres barbados son más infieles (la típica excusa: no he sido yo, ha sido la testosterona). El estudio se detiene ahí, nada dice de los bigotudos. Respira, María Teresa.

Jueves 27

Morgana. Entra en escena Morgana. Y, sí, vale, igual esta historia contiene algún ingrediente artúrico, no lo vamos a negar, pero no se trata de esa Morgana. Esta otra no parece muy emocionada con la posibilidad de tener a Isabel Preysler como madrastra. Llamándose así, tiempo les ha faltado a algunas para tacharla de bruja. En sentido metafórico, no literal como se atribuyen tarotistas y similares que lo usan como nombre artístico. Pero, para empezar, está por demostrar la supuesta alevosía de la hermana de Arturo (todas no somos Aramís) y, además, si Morgana hubiese sido la villana que nos cuenta la leyenda, no bautizarían así a las niñas. Claro que, si nos guiamos por esas, Isabel es nombre de reina. Y de santa.

Viernes 28

Antecedentes. A esta vida todos llegamos con un pasado. Cargamos con nuestra particular mochila de herencias y a la vez la traspasamos. Ascendientes y descendientes. Nuestra protagonista, en el ámbito artístico, los tiene familiares. Por ascendencia, su padre y su primo. Por descendencia, su hermano menor y su primogénito. Si bien en este campo su existencia (antecedentes familiares) resultó una bendición, en jurisprudencia, su ausencia (antecedentes penales) no le sirvió para librarse de las rejas. Ahora sí lo es (libre). Ha saldado sus deudas con la justicia y con la sociedad está a punto de hacerlo, en cuantito se suba a un escenario de nuevo y empiece a dar exclusivas a diestro y siniestro. La boda del hijo fue un ensayo general. Hay un casi. Siempre hay un casi. Los antecedentes, otra vez. Isabel Pantoja ha finalizado su condena. Pero la carga no afloja. Arrastrará una pena imperceptible a ojos ajenos tres largos años más. Los dichosos antecedentes penales estarán ahí, a la espalda. Aunque nada tendrán que hacer visto lo visto. En el nuevo disco la artista viste de blanco impoluto. Sin atisbo de sombras. Ni arrugas, ni puntos negros...