Las tradicionales actividades religiosas con motivo de la conmemoración, ayer, del Día de Todos los Santos, conviven cada vez con mayor frecuencia en Galicia con iniciativas turísticas y culturales que buscan en los cementerios un punto de reclamo más para los visitantes y ciudadanos. Es el fenómeno conocido como necroturismo, que goza ya de una amplia popularidad en otros puntos de Europa y del mundo y que, en el caso de Galicia, se ocupa de camposantos peculiares y visitas guiadas -en ocasiones nocturnas- a los cementerios más representativos de la comunidad.

La Ruta Europea de Cementerios Singulares, que está protegida a nivel europeo, incluye en la actualidad cuatro camposantos gallegos como referentes dignos de visitar dentro del movimiento del necroturismo. En concreto, son el Cementerio de San Amaro, en A Coruña; ; el Cementerio de los Ingleses, situado en la localidad coruñesa de Camariñas; el de San Froilán, en Lugo; y el de Santa Mariña de Dozo, en Cambados. Estos camposantos, así como otros cementerios singulares y representativos de Galicia, reciben durante todo el año visitas turísticas que se incrementan alrededor del 1 de noviembre por la significación de la fecha y que, además, se complementan con otro tipo de actividades culturales. Ya sea por su emplazamiento, sus curiosidades arquitectónicas o por el renombre de los personajes que albergan, son cada día más los visitantes que optan por este tipo de visitas en la Comunidad.

Uno de los puntos de referencia en Galicia para los aficionados al llamado necroturismo está en A Coruña. Con más de 200 años de historia, el cementerio de San Amaro está incluido en esta ruta principalmente por su carácter marinero, ya que se encuentra a pie de costa y mira hacia el océano Atlántico. Con numerosa simbología celta y vinculada al mundo del mar, en sus nichos descansan personajes de la talla de Wenceslao Fernández Flórez, Luís Seoane o Pedro Barrié de la Maza.

Compuesto por tres zonas -religiosa, civil y británica-, cuenta además con dos monumentos colectivos, a los Mártires de la Libertad, levantado donde estuvieron enterrados soldados alemanes de la II Guerra Mundial, y la Columna en recuerdo de la huelga general de 1901. Desde hace años, el departamento de Turismo del Concello de A Coruña tiene en marcha visitas guiadas nocturnas a este cementerio, que tienen lugar los sábados entre los meses de abril y diciembre y que cuentan con un alto nivel de participación.

El Concello de Camariñas (A Coruña) atesora otro de los cementerios singulares de Galicia, el que acoge los restos mortales de los 172 fallecidos en noviembre de 1890 en el naufragio del buque Serpent y que se conoce como Cementerio de los Ingleses. Su peculiar origen y su privilegiada situación, con vistas a la playa de Trece y al Monte Branco, la mayor duna rampante de Galicia, lo hacen destino de multitud de visitas a lo largo de todo el año, incluidas las fechas próximas a Todos los Santos.

El buque inglés Serpent, que cubría la ruta entre Plymouth y Sierra Leona, naufragó tras colisionar con la costa gallega el 10 de noviembre de 1890. Los 172 tripulantes fallecidos fueron sepultados en un pequeño cementerio frente al mar compuesto por un recinto cerrado y un área amurallada. En el interior están los restos del capitán y oficiales y en el exterior, los marineros.

Diseñado por el arquitecto Eloi Maquieira, el cementerio de San Froilán, en Lugo, cuenta con un monumento a los soldados repatriados y panteones inspirados en diversos estilos arquitectónicos. De hecho, uno de sus grandes atractivos es el mausoleo neogótico de la familia de Armando Durán, que recibió en 2015 el premio como Mejor Monumento Arquitectónico de España.

El último punto incluido en la Ruta Europea de Cementerios Singulares en Galicia es el cementerio de Santa Mariña de Dozo, emplazado en las ruinas de la iglesia del mismo nombre del ayuntamiento pontevedrés de Cambados y punto de visita imprescindible para los turistas que se acercan hasta la localidad.