Cuando queremos buscar algo en Google, y escribimos un par de palabras, de forma automática nos muestra cuatro sugerencias de las búsquedas que más hacen los usuarios con esas palabras. Si escribimos, por ejemplo, internet afecta aparecen internet afecta cada vez más a nuestra mente, internet afecta a la memoria, internet afecta al cerebro e internet afecta a las relaciones humanas. Vamos a obviar esta última sugerencia, porque daría para otro artículo entero, y nos vamos a centrar en las tres primeras. Internet ha modificado por completo la forma en la que aprendemos y consultamos los contenidos. Antes, si teníamos una duda, acudíamos a una enciclopedia, le preguntábamos a alguien que supiese del tema o simplemente nos quedábamos sin saberlo. Ahora no. Ahora vamos rápidamente a Google. Desafortunadamente se acabaron esas interminables discusiones de bar sobre la edad de Beyonce o en qué año murió Frank Sinatra. Un vistazo rápido al móvil y duda resuelta.

Usamos internet a diario y cada vez más. Por eso es interesante saber cuáles son los efectos que produce en nuestro cerebro, un órgano tan plástico y fácil de moldear. ¿Cómo afecta a nuestra capacidad de concentración, atención o memoria?

Uno de los mayores detractores es el estadounidense Nicholas G. Carr, experto en Tecnologías de la Información. En un artículo titulado ¿Google nos está haciendo estúpidos? explica que su cerebro ya no se comporta como antes. Hace unos años podía leer un libro durante varias horas. Ahora solo es capaz de concentrarse durante unos párrafos. "La lectura profunda que solía suceder de forma natural se ha convertido en un esfuerzo", reconoce.

Ya hay estudios que afirman que este comportamiento es consecuencia del picoteo con el que actuamos en internet: leemos unas cuantas actualizaciones de Facebook, saltamos a Instagram para ver unas cuantas fotos, pasamos a leer un correo que nos acaba de entrar, vamos a Twitter a echarle un vistazo a los trending topic, entramos en WhatsApp para responder unos cuantos mensajes, leemos (mejor dicho, escaneamos) un par de artículos a saltos? Y así, picoteamos de aquí y de allá.

"Nuestro cerebro se ha habituado a buscar información rápida, usarla rápido y olvidarla a la misma velocidad, cosa que impide construir conocimiento", asegura Carr en su libro Superficiales. ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes. Un libro al que también se ha referido el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, en un artículo que tituló Más información, menos conocimiento. O cómo sacrificamos la profundidad por la amplitud.

Internet no solo parece que dificulta nuestra capacidad de atención, también perjudica nuestra memoria. "Vivimos en un estado perpetuo de distracción e interrupción que afecta a la consolidación de la memoria", denuncia Carr.

Antes de la llegada de internet, la memoria cumplía un papel fundamental. Era necesario recordar números de teléfono, fechas, direcciones? Ahora todo eso se acabó. Ahora utilizamos internet como un bastón en el que apoyarnos. Ya no memorizamos datos porque sabemos que los tenemos a golpe de un clic. Para qué molestarnos.

Ya ni hace falta que recordemos la fecha de los cumpleaños de nuestros amigos. Lo hace Facebook cada día. Ni las citas que tenemos. Lo hace Google Calendar. El problema es cuando algún día internet no funcione. Entonces, tendremos que tirar de la memoria, pero ¿será ya tarde?