Llegan al mundo antes de lo previsto y sus primeras semanas son una lucha continua en donde pesar unos gramos más o lograr respirar por sí solos son las batallas a vencer cada día para lograr el mejor de los resultados: continuar con vida. Son los bebés prematuros, aquellos que nacen antes de concluir la 37 semana de gestación, 30.000 cada año en toda España, unos 200 en el Materno Infantil Teresa Herrera de A Coruña. A ellos hay que sumar los bautizados como grandes prematuros -nacen antes del octavo mes de embarazo y muchos no alcanzan el kilo y medio de peso-, que suponen otros 50 cada año en el hospital coruñés. Con motivo del Día Internacional del Bebé Prematuro, que se celebró ayer, la Unidad de Neonatos del Materno abrió sus puertas a alumnos de los colegios Eusebio da Guarda y Santa María del Mar -ganadores de un concurso de redacción y dibujo sobre este tema- quienes conocieron cómo es al trabajo diario en esta parte del hospital y recogieron los premios del certamen.

El tercer trimestre del embarazo es clave para la maduración del futuro bebé. Por ello, los médicos recuerdan que los niños que nacen antes de completarse los nueve mese de embarazo aunque morfológicamente estén bien formados pueden tener problemas a nivel pulmonar, digestivo o neurológico porque no han completado su desarrollo. Lo que un bebé prematuro no ha madurado en el interior de su madre deberá hacerlo en una incubadora. La Unidad de Neonatos se convierte en un improvisado segundo hogar para muchos padres y por ello, el personal sanitario se vuelca por hacer lo más agradable posible la estancia allí.

Lo primero que llama la atención son las propias instalaciones de la unidad que alberga a los prematuros. Nada de paredes blancas y habitaciones frías e impersonales. "Lo que más me sorprendió es lo coloridas que estaban las paredes", reconocía ayer Beatriz Vázquez, una de las ganadoras en la modalidad de redacción. "No me esperaba la unidad tan bonita, es colorida y tierna", añadía esta alumna del Santa María del Mar.

Pero al acercarse un poco más, un día cualquiera, las personas ajenas a la unidad se sorprenderían al observar felicitaciones que a modo de pegatina adornan algunas de las incubadoras en la que viven los pequeños. Aquí los cumpleaños se celebran por meses y llegar a un kilo de peso es también motivo de celebración. "Las enfermeras hacemos una serie de pegatinas con felicitaciones y las pegamos en las incubadoras cuando el niño cumple un mes o cuando llega a un kilo. Esto parece que no, pero ayuda mucho a los padres", señalaba ayer la supervisora de la Unidad, Dolores Eiriz Barbeito.

Pero la labor del personal de esta zona del hospital no se queda ahí. Con motivo del Día del Bebé Prematuro, los sanitarios crearon unos kits totalmente artesanales -con chapas, un gorrito o un sonajero hechos a base de calceta por las propias enfermeras- que se entregaron a todos los padres de los bebés ingresados.

Los ganadores de un concurso sobre bebés prematuros también pudieron disfrutar de la mano que los sanitarios del hospital tienen no sólo para atender al paciente. Un desayuno 100% casero protagonizó la entrega de premios del certamen, organizado por el hospital y la Fundación María José Jove, en el que alumnos de 12 y 16 años debían realizar dibujos y redacciones sobre estos niños para ganar una visita a la Unidad de Neonatos y un kit de libros.