Apple no crea ni produce música pero es dueña de la mayor tienda online de canciones del mundo. Amazon no tiene tiendas físicas (bueno, acaba de abrir su primer supermercado el pasado diciembre en Seattle), pero vende millones de productos todos los días. En el pasado Black Friday despachó 940.000, a un ritmo de más de 10 por segundo. Y ninguno de ellos los elaboró. Google no posee una fábrica que haga videojuegos, pero en su tienda Google Play vende más juegos que Sony, Nintendo o Sega. YouTube no crea vídeos, pero es el mayor repositorio de imágenes en movimiento del mundo. Cada minuto se suben 300 horas y cada mes se ven 3,2 millones de horas. Facebook es el primer medio de comunicación del mundo, pero no crea ni una sola noticia. Ni las edita.

Vamos a quedarnos con esta última frase: "Facebook es el primer medio de comunicación del mundo, pero no crea ni una sola noticia. Ni las edita".

Muchas personas ya solo se informan a través de las redes sociales, sobre todo de Facebook. En Estados Unidos, que van un poco más adelantados que nosotros, según un reciente informe de Pew Research, el 62% de los adultos se informa casi en exclusiva a través de las redes sociales, sobre todo de Facebook.

Así que tenemos al mayor distribuidor de informaciones del mundo -con una audiencia de más de 1.800 millones de personas, la cuarta parte de la población mundial- que no crea ni una sola noticia, pero tampoco las edita. Es decir ninguna de las informaciones que ofrece a sus usuarios pasa por el filtro de una simple verificación para comprobar su autenticidad. Eso sí censura, sobre todo, imágenes que considera que no deben aparecer en la red social, sobre todo desnudos.

Uno de los últimos ha sido el de la niña del Napalam: la archiconocida fotografía de Nick Ut, que le valió para ganar un premio Pulitzer en 1972 y que retrataba a la niña desnuda mientras huía despavorida de un bombardeo en la Guerra de Vietnam.

Sin embargo, sí que aparecieron en Facebook informaciones falsas sobre las últimas elecciones en EEUU que nadie controló y que se difundieron a través de esta red social sin que fuesen verificadas por nadie. Hay quien asegura que influyeron en la victoria de Trump.

Mark Zuckerberg niega que su compañía sea una empresa de medios. Él siempre dice que es una firma tecnológica, una "plataforma para la conectividad". Nadie duda de que lo sea. Pero tampoco de que no sea el mayor distribuidor de noticias del mundo. Y si eres el mayor distribuidor de noticias del mundo y las noticias que distribuyes en tu plataforma, con la que ganas ingentes cantidades de dinero, llegan a una cuarta parte de la población mundial, alguna responsabilidad debes tener.

No estaría de más que reconociese su papel como el editor más importante que existe y empezase a tomar medidas para que Facebook controlase lo que distribuye (y censura). Detrás de Facebook hay un algoritmo que decide lo que se muestra o no a los usuarios y lo que se censura o no. Es un algoritmo informático, en el que no intervienen humanos. Y así puede darse el caso, por una parte, de que se censure la foto de la niña del Napalam y, por otra, se distribuyan contenidos totalmente falsos.

Algo tan importante no puede estar en manos de una máquina porque, por ahora, es incapaz de distinguir el bien del mal.