Cuatro años después de que Xosé Luís Méndez Ferrín presentara su renuncia como presidente de la Real Academia Galega (RAG) -tras indicar que algunos académicos, unidos a personas externas, le habían hecho comprender que no tenía sitio en la entidad- y tomara el relevo Xesús Alonso Montero, las dos partes en conflicto realizan movimientos, en un tímido intento de consensuar una candidatura única, "para unir" y "propiciar que cicatricen las heridas".

El primero en manifestarse en ese sentido fue Manuel González González. Pero lejos de postularse para la presidencia -fue secretario con Xosé Ramón Barreiro Fernández y tesorero con Méndez Ferrín-, anunció que él no será un obstáculo para que se pueda lograr el consenso. Manuel González ha llegado a la conclusión de que la unidad "es deseable y es posible", después de pulsar la opinión de diferentes sectores y sensibilidades. Muestra confianza en que se pueda avanzar mucho más a partir del momento que se inicie el proceso electoral. El mandato de Xesús Alonso Montero finaliza el día 20 de abril -fue elegido presidente en 2013-, por lo que previsiblemente la RAG celebrará un pleno en marzo, en el que Montero realizará balance de la gestión realizada.

González considera que llegar a un acuerdo entre las dos partes en conflicto "es posible", tras la dimisión de Méndez Ferrín, porque "todos los miembros de la RAG tienen un compromiso con el país y un compromiso con la lengua". Partiendo de esa premisa, "yo creo que no debería ser muy difícil llegar a unos acuerdos básicos para definir el futuro de la Academia".

"A mí el nombre del candidato me importa muy poco. El problema de la Academia no es de nombres. Entre todos, debemos ponernos de acuerdo, cual es la línea que debe seguir y ponernos de acuerdo también entre todos para buscar el candidato a la presidencia y un grupo dirigente que sea capaz de sacar adelante esta tarea", apunta González. En ese sentido, señala que "lo ideal sería que se realizara una lista única, en la que se encuentren representadas las diferentes sensibilidades que hay en la Academia".

Para lograr este objetivo, González considera que "no se debe mirar para el pasado. Tenemos que superar esa etapa de enfrentamiento, de división. Debemos mirar hacia el futuro, con una RAG unida e ilusionante. Que todos los académicos acudan contentos, con la tranquilidad que da saber que se está haciendo un trabajo bueno para el país".

González fue el responsable de los últimos diccionarios de la Real Academia Galega, incluido el que puede consultarse por internet, por lo que tiene un perfil técnico, que tendría fácil encaje dentro de la línea de consenso que pretenden impulsar, a pesar de que hace cuatro años compitió con Alonso Montero por la presidencia. En ese sentido, indica: "Yo creo que la Academia debe huir de todo radicalismo, de un tipo y de otro. La Academia debe desarrollar su actividad, de acuerdo con las funciones que tiene encomendadas".

Manuel González apuesta de forma decidida porque la institución supere cuando antes el período de ruidos y turbulencias, para centrarse en la función que le corresponde. "Tiene que ser una institución que defienda y vele por los derechos de la lengua gallega, que promueva su normalización y debe proporcionar herramientas de tipo técnico, de tipo lingüístico para que esta normalización sea posible", destaca. Entre sus funciones, está la elaboración de "diccionarios buenos, buenas gramáticas, buenas normas ortográficas; tiene que velar por la toponimia del país y debe estar vigilante sobre la evolución del proceso de normalización lingüística y sobre todas las innovaciones legales que se produzcan, para la normalización del gallego". Sin embargo, Manuel González reconoce que le haría "mucha ilusión" que Xosé Luís Méndez Ferrín se reintegrase como miembro de la Real Academia Galega. "Sería una muestra de que las heridas están curadas y que miramos más hacia adelante y no hacia atrás". González contempla a Ferrín como "un referente de la cultura gallega; un escritor que va a pasar a la historia de la literatura gallega con letras grandes".

Después de dejar la dirección de Galaxia, Víctor Fernández Freixanes es una de las personas que se encuentran bien posicionadas para optar a la presidencia de la Real Academia Galega. Pero de momento no se ha decidido a dar el paso. La principal razón es que, "tenemos un presidente, Xesús Alonso Montero, que lo ha hecho francamente bien. Está lleno de energía, y es muy difícil superarlo. Por lo tanto, mi voto sería para que continuase Xesús Alonso Montero".

Fernández Freixanes también apuesta por la unidad, en la Real Academia Galega. "Ese debe ser un esfuerzo que hagamos entre todos: hay que soldar y cicatrizar".

Por su parte, el académico Francisco Fernández Rei contempla como "un episodio triste" que "se segara por el pie al mejor escritor vivo de Galicia". Pero durante los últimos cuatro años, han intentado "dejar de lado ciertas miserias, porque hay que tirar para adelante". Recalca que "ha pasado lo que ha pasado, y difícilmente las cosas van a poder ser como eran. Puedes convivir de la mejor manera, porque el idioma y el país lo requieren, pero ha pasado lo que ha pasado". Atribuye la renuncia de Méndez Ferrín, a "filtraciones interesadas, sobre cuestiones que tendrían que resolverse dentro. Pero tomaron otra deriva, para que Ferrín tirara la toalla. Punto. Así de claro".

Fernández Rei también lamenta que con la renuncia de Xosé Luís Méndez Ferrín -por la "operación de acoso y derribo a la que ha sido sometido", con la colaboración necesaria de algunos académicos-, "se ha truncado la línea de aperturismo de la institución a la sociedad, iniciada por Francisco Fernández del Riego", que fue el que propició al ingreso del autor de Arraianos y de otros escritores que no encajaban en la línea anterior, y "continuada por Xosé Ramón Barreiro Fernández". Durante la etapa de Ferrín, "se consiguió una empatía una simbiosis entre la sociedad y la Academia". Ahora, reconoce que "continúa haciendo cosas", pero "se ha roto la empatía" entre sociedad y la entidad.