"¿Qué va ser de mi hijo cuando yo sea mayor, cuando yo falte, cuando no pueda atenderle?". Es una pregunta que le han hecho a menudo, y a lo largo de muchos años, a Eulogio López, director de la Asociación de Ayuda a las Personas con Parálisis Cerebral (Aspace) de A Coruña. La respuesta que también ha dado muchas veces se materializa hoy, cuatro décadas después de su fundación, en lo que ofrece una entidad de referencia que llega a más de un centenar de usuarios, cuenta con cerca de 200 asociados -entre las propias familias de los usuarios y los socios colaboradores- y se despliega en un sistema de servicios cada vez más amplio y completo. "Lo que Aspace trata de ofrecer a los usuarios es igualdad de oportunidad y a las familias, tranquilidad. La tranquilidad de que las personas con parálisis cerebral van a tener a su disposición los recursos que necesitan para potenciar al máximo sus capacidades, desde las edades más tempranas hasta la vida adulta", subraya López.

Corría 1977 cuando un pequeño grupo de familias coruñesas de niños con parálisis cerebral, ante la falta de recursos públicos y privados para sus hijos, decidió poner en marcha una asociación que, 40 años después, es un referente en la atención a las personas con ese tipo de discapacidad. Atiende a unos 110 usuarios y da empleo a otros tantos trabajadores, repartidos entre un centro de educación especial, un centro de día y dos residencias. En sus instalaciones de Osedo (Sada), se ofrecen servicios educativos y rehabilitadores y, sobre todo, se trabaja cada día para potenciar las capacidades de las personas con parálisis cerebral y ayudarles a tener una vida lo más plena e independiente posible. "Nuestro objetivo es ofrecer un proyecto de vida a las personas con parálisis cerebral, poniendo a su disposición recursos en el ámbito educativo y social que les permitan mejorar sus capacidades; trabajando en la innovación y en el desarrollo y la aplicación de las nuevas tecnologías para potenciar su autonomía y posibilitar que puedan disfrutar plenamente de sus derechos y cumplir con sus deberes en la sociedad", subraya Eulogio López, quien se muestra "muy orgulloso" de haber desarrollado la mayor parte de su vida profesional en esta asociación -"he tenido la suerte de poder ver la gran transformación que ha experimentado la asistencia a las personas con discapacidad, y en concreto con parálisis cerebral, en las últimas décadas", remarca-, e insiste en que Aspace A Coruña es una entidad "de toda la sociedad, y está abierta a todo aquel que lo necesite".

En estas cuatro décadas, Aspace A Coruña se ha ido desarrollando al ritmo de sus usuarios, aumentando sus servicios a medida que iban surgiendo nuevas necesidades. "Han sido 40 años de trabajo, de buenos y malos momentos, de proyectos innovadores, de ilusiones compartidas. Cuatro décadas de historias vividas junto a las personas con parálisis cerebral y sus familias, que son y siempre serán la razón de ser de nuestra organización y el motivo para seguir muchos años más", resalta el presidente de la entidad, Antolín Rodríguez, quien insiste en que la de Aspace "ha sido una evolución natural". "La asociación comenzó con un grupo de chicos de más o menos la misma edad y, a medida que han ido creciendo, ha aumentado también sus servicios. Hemos avanzado en paralelo a las necesidades de los usuarios", reitera Rodríguez.

Un "evolución natural" de la que ha sido testigo directo Consuelo Monterroso. Esta vecina de A Coruña de 79 años y su marido, ya fallecido, formaron parte del grupo de padres que impulsó la puesta en marcha de Aspace. "Cuando te dicen que tu hija tiene una discapacidad de este tipo se te viene el mundo encima. Aunque lo lleves medianamente bien, la familia se vuelque y te dé todo su apoyo, como pasó en nuestro caso, siempre te haces la pregunta de qué va a ser de ella cuando ya no estés. Por eso es tan importante contar con recursos como los que ofrece Aspace. A las familias, y sobre todo a los padres, nos da una gran tranquilidad", destaca Consuelo.

Consuelo insiste en que para su hija pequeña, Chon, Aspace "ha supuesto todo". "Hace 40 años una persona con parálisis cerebral prácticamente no salía de casa, pero esta asociación siempre ha trabajado para normalizar la vida de nuestros hijos y que, en la medida de sus posibilidades, puedan hacer las mismas actividades que el resto de la gente. Lo que antes era casi impensable, gracias a Aspace ahora ya es algo habitual", indica esta vecina de A Coruña.

Y es que, en el centro educativo de la asociación, Chon "aprendió a leer, a escribir y se sacó el título de EGB". En la actualidad, tiene 48 años y es usuaria del centro de día, donde también "ha hecho cursos de informática" y donde participa en todo tipo de actividades formativas y de ocio. "Fue incluso a varios campeonatos de deportes como el eslalon o la boccia (una especie de petanca adaptada a personas con discapacidad)", recalca su madre, quien, de nuevo, solo tiene "palabras de reconocimiento" para Aspace. "En la asociación, Chon es feliz. Tiene muchos amigos allí, es como si fuera su segunda casa. Y el tiempo que ella pasa en el centro de día, yo puedo dedicarlo a otras cuestiones o, simplemente, a descansar", señala.

"Muy agradecida" con la labor que desarrolla Aspace se muestra, también, Marifé Fernández. Su hija Rebeca, que en la actualidad tiene 32 años, es usuaria de la asociación "desde que tenía 14 meses". "Rebeca, con una parálisis cerebral severa -no camina y tampoco habla, y tiene una discapacidad reconocida del 98%-, necesitaba ir a rehabilitación al antiguo Hospital Juan Canalejo, y como yo trabajaba y soy madre soltera, era mi madre, ya mayor, quien tenía que llevarla hasta allí, con el consiguiente esfuerzo que le suponía cargar todos los días con la silla por aquella cuesta", recuerda Marifé. Fue entonces cuando una conocida, que también tenía un hijo con parálisis cerebral, le habló de Aspace, que por aquel entonces llevaba pocos años en funcionamiento. "Que mi hija pudiera recibir un tratamiento integral y solo especializado en parálisis cerebral, para mí fue un mundo", destaca.

Desde que abrió la primera residencia de Aspace, Rebeca es una de las usuarias de ese servicio. "Allí hacen todo lo posible para que mi hija esté bien, incluso a veces la llevan de excursión. Rebeca está cómoda, y yo estoy tranquila porque saben cómo tratarla y sé que está en las mejores manos posibles", apunta Marifé, quien al igual que Consuelo, remarca que Aspace es "una gran familia".

Una "gran familia" que en los últimos años ha vivido algunos de sus hitos más importantes, como la creación de su propia Fundación, la única en Galicia dedicada, exclusivamente, al colectivo de personas con parálisis cerebral; la apertura del Centro de Formación para la Prevención de la Dependencia, financiado por la Fundación Amancio Ortega, cuyo objetivo es que los usuarios de la entidad entren en contacto con las nuevas tecnologías desde el comienzo de su etapa escolar y experimenten a través de ellas un aprendizaje más eficaz y dirigido al fomento de la autonomía; o la puesta en marcha de la Radio de los Gatos, un proyecto innovador en el que colaboran usuarios del centro de día y que en 2011 fue galardonado con Premio Nacional Romper Barreras organizado por B&J Adaptaciones y Toshiba, tras obtener más de 10.000 votos. "Además de seguir apostando por la innovación tecnológica, la profesionalización y la especialización en el ámbito de la parálisis cerebral, como centro de referencia, con una trayectoria totalmente consolidada, debemos ser capaces de atender a las gente allí donde esté. Ser mejores cada año es nuestro gran reto de futuro", concluye Antolín Fernández.