Sesenta minutos con la luz apagada para concienciar al mundo sobre la lucha contra el cambio climático. Este es el objetivo de la Hora del Planeta, un apagón simbólico promovido por WWF que ayer cumplió su décima edición y que hizo que los monumentos más emblemáticos de todo el mundo apagasen sus luces entre las 20.30 y las 21.30 horas. En Galicia, una veintena de municipios participaron en esta iniciativa que hizo que el Ayuntamiento de A Coruña, la Torre de Hércules o la fachada de la Domus luciesen en sombra durante esa hora de la tarde.

Pero A Coruña no fue la única localidad gallega que se sumó a este apagón solidario. La Catedral de Santiago, la Muralla de Lugo, la catedral de Tui o el ayuntamiento de Ourense fueron otros edificios que secundaron la Hora del Planeta. En la comarca coruñesa, Oleiros apoyó la iniciativa con el apagón del ayuntamiento, al igual que Carballo mientras que Miño dejó sin luz al parque da Rúa y el de Rabazal y Fene apagó la Casa del Humor.

Pero no solo las instituciones apostaron por secundar el apagón para concienciar sobre los efectos del cambio climático en el planeta. Empresas como Inditex o los hoteles NH también siguieron en cierta medida esta iniciativa en sus establecimientos mientras que la red de estaciones de Adif apagó los focos y farolas de estaciones como la de A Coruña.

El secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, recordaba ayer como la Hora del Planeta ha pasado de ser "una celebración espontánea" nacida de la mano de WWF Australia a convocar a más de 178 países. Hasta ahora, "calculamos que han participado casi 2.000 millones de personas en todo el mundo", indicó Del Olmo, quien se felicita de que "ahora todos dan ya por hecho la existencia del cambio climático pero, cuando empezamos a hablar de ello hace 20 años, tuvimos que superar todo tipo de obstáculos". En aquel momento, "la mayor parte de los países industrializados bloqueaban cualquier avance y las empresas contaminantes financiaban estudios que lo negaban".

La torre Eiffel, el Estadio Nacional de Beijing (China), el Kremlin o la Opera House de Sidney son solo algunos de los edificios emblemáticos de diferentes puntos del mundo que ayer se unieron a este apagón simbólico para poner el foco de atención sobre los efectos del calentamiento del planeta.