El principal enemigo de las abejas ha llegado para quedarse. Si en 2010 se detectaba por primera vez una población de avispas velutinas o asiáticas en la comarca navarra del Baztán y en la localidad vasca de Irún, dos años más tarde llegaban a Galicia y ahora se ha confirmado su presencia en hasta 183 ayuntamientos de la comunidad. Eso sí, esa especie invasora no afecta por igual a todas las zonas. De los 2.591 nidos retirados el pasado año por los Grupos de Emergencias Supramunicipais (GES), casi el 70% (1.753) estaban en la provincia de A Coruña, según los datos de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp). A ellos habría que sumar los nidos que retiran otros organismos como protección civil, técnicos de la Xunta o de los ayuntamientos. "El año pasado se retiraron más de 10.000 nidos en toda Galicia", señala el jefe de Sanidade Animal de la Consellería de Medio Rural, Jesús Orejas.

Su gran capacidad de multiplicación hace que la presencia de estos insectos se haya disparado en solo unos años. "La primera vez que se detectaron ejemplares fue en 2012 en dos puntos muy lejanos: Burela, en Lugo y O Rosal, en el Baixo Miño. A partir de ahí, estos insectos, su presencia se extiende como una mancha de aceite, cada temporada se extiende a un radio de 100 o 150 kilómetros y en todas las direcciones", indica Jesús Orejas, quien añade: "Esto hace que esté presente en prácticamente toda la costa de Ribadeo hasta A Guarda". Y al contrario, el interior de Lugo y de Ourense es donde menos presencia tiene. ¿Siente predilección la avispa velutina por la costa? En cierto modo sí. "Hay que tener en cuenta que es una animal originario del sudeste asiático, acostumbrado a temperaturas subtropicales, por lo que en temperaturas suaves y a baja latitudes se extiende con más facilidad, pero también lo hace por el interior ya que está cerca de cursos de agua", indica el responsable de Sanidade Animal de la Xunta, quien reconoce, sin embargo, que es muy probable que la avispa velutina llegue a toda Galicia, excepto a las zonas más montañosas de Lugo y Ourense. "El objetivo de erradicación es imposible. Tenemos el antecedente de Francia, donde esta especie está presente desde el 2004 y es muy difícil de erradicar. Lo que hacemos con el plan de vigilancia y control de esta avispa es intentar minimizar el efecto de estos animales en diferentes colectivos", sostiene.

Los datos le dan la razón. Si en el año 2012 -cuando se detectó la presencia de este insecto en territorio gallego- se observaron dos nidos, un año después la cifra subió a 17, a 572 el primer año en el que se puso en marcha el Plan de de vixilancia e control da vespa velutina de la Xunta y a partir de entonces se multiplicó hasta por diez. "En 2015 se retiraron 5.045 nidos y en 2016, se llegó a 10.272", señaló el responsable de Sanidade Animal de la Xunta.

La presencia de la avispa asiática fuera de su hábitat habitual provoca varios problemas, pero el sector más afectado es el de la apicultura. Estos insectos son depredadores y se alimentan de las abejas autóctonas. "Durante los primeros meses, cuando la reina tiene que alimentar a las larvas, buscan proteínas que logran fundamentalmente de las abejas", señala Orejas. El riesgo a ser captada por una de ellas hace que descienda la actividad de las abejas y todo ello, según indica la Xunta, "provoca una menor producción de miel y productos relacionados que pueden llevar al debilitamiento y a la muerte de la colmena". Además, al ser una especie invasora puede provocar también el descenso de las avispas autóctonas así como de otros insectos de los que se alimenta.

Sector frutícola

Pero las abejas o los insectos no son las únicas damnificadas por esta plaga. "El sector frutícola también se ve afectado porque al final del verano y al principio del otoño, las avispas ya no tienen tanta necesidad de proteínas y demandan más hidratos de carbono que obtienen de la fruta y esto deteriora los frutos porque los muerden o en algunos casos como los higos incluso los destrozan enteros", indica Orejas.

Con el objetivo de minimizar estos daños y contener en la medida de los posible la expansión de la plaga de avispas, la Xunta puso en marcha un plan de actuación en 2014 con dos medidas de control principales: la captura selectiva de las avispas reinas y la detección y eliminación precoz de los nidos.

Acabar con las reinas es fundamental ya que cada una que se elimina puede suponer, según explican en Medio Rural, un nido menos, una estructura en la que se crían las futuras avispas y que puede alcanzar grandes dimensiones. "Hay nidos de hasta un metro de largo y un diámetro de 80 centímetros. Pueden llegar a albergar entre 10.000 y 15.000 larvas que después serán avispas", indica Jesús Regal.

Hay dos épocas clave para acabar con las reinas. Una de ellas comienza ahora, en la primavera, cuando las reinas salen de la hibernación para iniciar el nuevo ciclo anual. "En esta época salen y crean un nido primario, de pequeño tamaño, en galpones o garajes, donde crean una pequeña colonia de larvas durante un mes o así. Más tarde crean otro, el definitivo, de mayor tamaño y donde estarán hasta el otoño. Esta época en la que vuelan de uno a otro es buena para la captura", indica Jesús Orejas. La otra época del año en la que se aconseja la captura es en otoño cuando vuelven a salir del nido antes de la hibernación.

Para capturar a las reinas la Xunta ha suministrado a los apicultores alrededor de 10.000 trampas comerciales y de líquido atrayente para que las sitúen cerca de las colmenas y así evitar que las avispas dañen a sus abejas. A estas capturas que la Xunta bautiza como programadas habría que sumar las no programadas, es decir, a la colocación de trampas que realizan a lo largo de todo el año diferentes asociaciones de apicultores o ciudadanos anónimos.

El segundo pilar del plan de actuación de la Xunta es la retirada de nidos. Casi un centenar de ayuntamientos colabora en el programa de Medio Rural así que se encargan ellos mismos de retirar los nidos tras los avisos de los ciudadanos. Si el colmenar se avista en un concello que no figura en ese listado, los encargados de retirarlo serán los Grupos de Emerxencia Supramunicipais (GES) o profesionales designados por la Consellería de Medio Rural.

"La retirada es un operativo costoso tanto en medios como en personal", resalta Orejas, quien asegura que la Xunta ha dotado a los concellos de material para hacerse cargo de esta tareas. "Les hemos dado pértigas de hasta 27 metros porque estos insectos ponen el nido en lugares muy altos, equipos de protección individual porque no vale el traje de apicultor, etc...", indica para reconocer que ya se estudian nuevos mecanismos con los que trabajar en el futuro como "drones o trabajos en escalada".

Colonización progresiva

La colonización del territorio gallego por parte de este insecto es progresiva, pero no al mismo nivel en toda la comunidad. El último balance anual de la Consellería de Medio Rural en su web revela que hasta el 31 de diciembre de 2016 hubo 36 concellos en donde se retiraron más de un centenar de nidos de estos insectos en los últimos doce meses. A Coruña es la provincia con más concellos que aglutinan un mayor número de nidos retirados (en 23 se detectaron más de un centenar), seguida de Pontevedra (ocho) y Lugo (cinco). A Coruña y su comarca aparecen entre los concellos más afectados: se retiraron más de cien nidos de avispa velutina en A Coruña, Oleiros, Sada, Bergongo, Cullerredo, A Laracha, Cerceda, Abengondo, Oza-Cesuras, Miño o Pontedeume. Otra zona muy afectada es la costa ferrolana con más de cien nidos en Narón, Valdoviño, Cariño o Cedeira. En Lugo, la zona de la Mariña es la más afectada y en Pontevedra destacan los ayuntamientos de Vigo, Nigrán, O Porriño, Salvaterra de Miño o Mos. En la provincia de Ourense no hubo ningún concello en donde se rebasase la barrera de los cien nidos retirados de esa especie invasora.

Y si se analizan los datos registrados por la Federación Galega de Municipios y Provincias sobre la retirada el año pasado por los técnicos de GES -cuando el ayuntamiento afectado no colabora con el plan de la Xunta-, A Coruña también sale la peor parada. Siete de cada diez nidos recogidos (1.753 casos) fueron en municipios coruñeses, seguida a gran distancia de Pontevedra (246), de Lugo (266)y en Ourense (26).