El aceite de palma ha sido el último ingrediente en pasar a formar parte de la lista negra de sustancias dañinas para la salud que incorporan múltiples productos alimenticios. Antes fueron el azúcar o las grasas saturadas. Expertos gallegos en endocrinología y nutrición piden calma y aunque reconocen que el peligro del aceite de palma es que "el 50% está formado por grasas saturadas", aseguran que por sí solo este producto "no es un problema" y recuerdan que hace décadas que esta sustancia se incorpora el proceso de elaboración de muchos productos como bollería o galletas. "El problema es el volumen total de grasas saturadas que consumimos a lo largo del día en múltiples productos, no solo en los que llevan este aceite", señala la graduada en Nutrición y miembro del servicio de Endocrinología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) Sonia González, quien aboga por comer "más alimentos y menos productos" para gozar de buena salud.

Para saber bien lo que uno se lleva al estómago y sobre todo para no dejarse engañar por falsas promesas publicitarias, los expertos aconsejan leer la etiqueta de los productos, especialmente, donde se indica el valor nutricional. Allí se puede ver en cuestión de segundos cómo galletas o cereales que se anuncian como saludables incluyen más azúcar o grasas saturadas que otros que no llegan avalados por ser sanos. Otra clave, para los expertos, está en el listado de ingredientes ya que figuran en orden de mayor a menor presencia en el artículo. De forma que productos que se anuncian como integrales o de harina de centeno, por ejemplo, deberán tener en primer lugar este ingrediente en la lista y de lo contrario, no son lo que anuncian.

EAceite de palma. Procedente de los frutos de la palma africana, este aceite es el más utilizado en todo el mundo, especialmente en la elaboración de productos tan variados como bollería, artículos de untar, galletas, aperitivos, precocinados o incluso cosméticos y velas. "Es más barato y muy versátil", explica la nutricionista Sonia González, quien recuerda que hace años que este ingrediente está presente en la cesta de la compra, pero llegaba camuflado bajo la denominación "aceite vegetal". "Hasta 2014 que entra en vigor un nuevo reglamento no era necesario especificar y la gente al ver vegetal creía que era sano", explica esta graduada en Nutrición, quien deja claro que el verdadero problema no es sólo el aceite de palma sino "la suma total de grasas saturadas que tomamos al cabo del día y qué está comprobado que fomentan las enfermedades cardiovasculares".

EGrasas. Son un nutriente muy importante de la dieta ya que son las encargadas de dar al cuerpo la energía que precisa para trabajar pero eso sí, no todas son sanas. Las grasas saludables, aquellas que pueden ayudar a bajar el colesterol, son las bautizadas como insaturadas y están presentes en el aceite de oliva o el pescado azul, entre otros alimentos. En el lado contrario están las grasas saturadas, aquellas que suben el colesterol y cuyo abuso conlleva enfermedades cardiovasculares. En el etiquetado nutricional de los artículos ya se específica la cantidad de grasa que incluye el artículo y cuantas de ellas son saturadas. La Organización Mundial de la Salud aconseja que el volumen de grasa ingeridas no debe superar el 35% del total consumido durante un día. Y de ellas, el porcentaje de saturadas debe ser inferior al 10%. "Llevamos años alertando sobre los riesgos de un consumo excesivo de las grasas saturadas. Están presentes en muchos productos preparados, pero también en alimentos naturales como lácteos, huevos, carne y hay que tener en cuenta la suma al final del día", señala González.

EAzúcar. La OMS aconseja que la cantidad de azúcar diaria no supere el 10% de las calorías ingeridas al día y en todo caso que nunca rebase las 12 cucharillas diarias, una cantidad que prácticamente se cubre al tomar un refresco. Los azúcares pertenecen a los hidratos de carbono, nutrientes que suelen transformarse en grasas y sirven como nutrientes de reserva. En el etiquetado, por ley, los productos deben reflejar la cantidad de hidratos de carbono que incluyen y de ellos, cuántos son azúcares. Como con las grasas, toca coger la calculadora para evitar no rebasarse la tasa recomendada, algo que, según alertan los médicos, es bastante frecuente. "El problema es como en las grasas saturadas que la suma total al final del día supera lo permitido. A veces sin darnos cuenta. Si un niño desayuna un zumo natural, cereales y cacao ya ha ingerido gran parte del azúcar diario recomendado y superar la tasa influye en un mayor riesgo de obesidad, de diabetes", indica la graduada en Nutrición Sonia González, quien recuerda que productos a priori no dulces como puede ser el ketchup también incluyen azúcar.

ESal. Otro enemigo para la salud que, muchas veces, llega al organismo a través de productos no salados. "Es aconsejable fijarse bien en la cantidad de sal que incluye un producto porque al ser una sustancia que actúa como conservante la tienen productos dulces como pueden ser los cereales de desayuno", indica González. Desde la OMS aconsejan no ingerir más de 5 gramos al día de sal ya que es un factor clave para luchar contra la hipertensión y sus posibles efectos en forma de enfermedades del corazón o accidentes cerebrovasculares.

EFibra. Pese a formar parte de los hidratos de carbono, en el etiquetado suele venir aparte con su cantidad concreta. Se trata de una sustancia que el organismo no puede digerir ni absorber, que se expulsa a través de las heces y por ello, se recomienda su ingesta para evitar problemas de estreñimiento, regular el nivel de colesterol o prevenir dolencias en el colón. Desde la Fundación Alimentación Saludable aconsejan no dejarse llevar por la publicidad que anuncia galletas o cereales con extra de fibra y consultar bien la etiqueta ya que, a veces, justo estos productos contienen menos fibra que otros que no se anuncian como saludables. Lo mismo ocurre con los productos integrales. "Los ingredientes aparecen en la etiqueta por orden de mayor a menor presencia. Si algo es integral debe tener harina integran en primer lugar", indican desde esta entidad.