Si en PISA se puntúa a los estudiantes, esta vez también se les pidió que puntuaran ellos a su vez y la materia examinada en este caso fue su "satisfacción" con la vida. Todas las comunidades del país le dieron un notable a su existencia, pero los estudiantes gallegos le pusieron a la suya la quinta calificación más baja, con un 7,21 (en una escala de 0 a 10), lo contrario que andaluces y extremeños, que llegaron al 7,58. En España el nivel de satisfacción con la vida es de 7,4 y en la OCDE, 7,3. Con todo, un 29,8% puntúa su vida entre un 9 y un 10 y menos de un 11% considera que merece menos de un 4. Pero si esa era la nota media global, las chicas se ven más infelices. El récord lo tienen las gallegas y las aragonesas, que se ponen un 6,94.

El estudio constata que estudiar da la felicidad en Galicia: los que sacan mejores resultados académicos en PISA otorgan mejor calificación a su vida y lo mismo quienes estudian 60 horas o más por semana.