Cada vez vivimos más, lo que sin duda constituye uno de los mayores logros del estado del bienestar. Sin embargo, la mayor esperanza de vida también plantea retos sociales que en ningún caso, insisten los expertos, han de percibirse como una amenaza. Sin embargo, no es extraño oír hablar del "problema del envejecimiento" o de "crisis del sistema" cuando se aborda este tema.

El presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría (SGXX), Miguel Ángel Vázquez, advierte de que lo realmente alarmante es que la sociedad no haya articulado respuestas razonables para adecuarse al nuevo escenario que dibuja el cambio demográfico. "El envejecimiento nos pilla por sorpresa porque en la historia de la humanidad nunca hemos asistido a un cambio demográfico como este. Galicia es la comunidad autónoma más envejecida de España, y dos de sus provincias, Lugo y Ourense, figuran entre las diez más envejecidas de Europa. De hecho, Ourense ocupa ya el segundo puesto de ese ranking europeo, pues más del 30% de su población supera ya los 65 años. Pero si hoy vivimos 80, 85 años es gracias a las medidas higiénico-sanitarias, a la alimentación y a la mejora de la economía. Tendría que verse como un éxito, una oportunidad, y no como un problema", subraya.

Vázquez reitera que el gran avance del envejecimiento poblacional exige "un nuevo abordaje" que dé respuesta, en positivo, a esta situación, integrando las experiencias e investigaciones de todos los expertos en materia de envejecimiento, "no sólo desde el punto de vista médico". "Hay que revolucionar una sociedad que no está acostumbrada, ni diseñada, para el envejecimiento ni para incorporar a las personas mayores en la toma de decisiones para que puedan ser ellas mismas, junto con las instituciones que les prestan y que les deben prestar ayuda, las que desarrollen políticas de envejecimiento activo", subraya.

El presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría recuerda que "más del 60% de los recursos sanitarios se dedican a las personas mayores", de ahí que la entidad que encabeza reivindique "el establecimiento de recursos especializados", una demanda que, insiste, han de abordar "todas las instituciones". "En Galicia solo hay dos servicios hospitalarios de atención geriátrica especializada en la red pública, en Lugo y en Vigo, pese a que la especialidad geriátrica tiene ya más de 50 años en España", lamenta Vázquez, quien reclama que "cada hospital y cada área sanitaria pública tengan, al menos, un servicio de atención especializada geriátrica con profesionales cualificados". "Es un derecho que tienen que tener todas las personas mayores en Galicia, con independencia del área sanitaria en la que residan", remarca.

El representante de los gerontólogos gallegos aboga, además, por establecer recursos nuevos y potenciar otros ya existentes "que tengan que ver con el apoyo a las personas con fragilidad, en soledad no elegida, con demencia o con deterioro cognitivo", con herramientas como la teleasistencia. "España está a la cola de Europa en el uso de este recurso", advierte.

Otra de las grandes demandas de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría, apunta su presidente, es el desarrollo de políticas de prevención, "porque el envejecimiento no puede tratarse únicamente desde el punto de vista de la cronicidad y la enfermedad", reitera. Un nuevo abordaje que implica "eliminar tabúes y estereotipos hacia las personas mayores que están muy implementados en la sociedad actual y entre muchos profesionales de la atención", advierte Miguel Ángel Vázquez, quien asegura que hay que romper con el papel de abuelo que se atribuye a las personas mayores y aprovechar el enorme potencial de este colectivo. "Ser abuelo no es un objetivo en la vida, sino algo complementario. Pero lo cierto es que ahora la persona mayor no tiene espacios porque la sociedad no es capaz de articularlos. Yo confío en una revolución gerontológica que permita que estas personas tengan responsabilidad en la sociedad porque esto no solo es positivo para ellas, sino para todos. No es lógico que hoy el 30% de la población no tenga nada que hacer", argumenta.