Santiago Lopo, María Canosa y Manuel Lourenzo fueron los ganadores de los premios Xerais de literatura que se entregaron ayer durante una gala celebrada en la isla de San Simón (Pontevedra) y que tuvo al profesor y divulgador de la Universidade da Coruña (UDC) Xurxo Mariño, autor de Terra. Ciencia, aventura e sorpresas dunha viaxe arredor do mundo como animador de la velada. En su discurso, titulado A pedra negra, Mariño defendió la convivencia de las humanidades y las ciencias experimentales como componentes de una única cultura y reivindicó tanto el conocimiento humanístico para los científicos como el conocimiento experimental para los creadores.

Santiago Lopo (Vigo, 1974), profesor de francés en la Escuela Oficial de Idiomas de Pontevedra obtuvo el XXXIV Premio Xerais de Novela por A arte de trobar, obra que compitió con otros 42 títulos y que reivindica el papel de las trovadoras en la cultura europea y gallega. El jurado calificó esta novela como "un buen artefacto literario" y destacó su certera aproximación a la lírica provenzal y a la lírica gallega del siglo XIII, compañeros de viaje de los protagonistas de la novela.

La coruñesa María Canosa (Cee, 1978) recogió, por su parte, el XXXII Premio Merlín de Literatura Infantil por Muriel. Su obra competía con otras 34 publicaciones. Canosa había quedado entre los finalistas del Merlín las cuatro anteriores ediciones, por lo que ganar este galardón ha sido especial. El jurado destacó de esta historia su originalidad y su poder de seducción. "En ella cada palabra cuenta", resalta en su acta el jurado del galardón.

Por su parte, el IX Premio Julio Verne de Literatura Juvenil fue para Manuel Lorenzo González (Vilaboa, 1955) por Ceiba de luz, una novela de aventuras en el campo científico que encaja en el universo de Verne por su intriga y por su acercamiento al fantástico lovecraftiano, según su propio autor.

Esta novela, que relata la peripecia de una expedición científica que emprende la búsqueda del mítico El Dorado, se hizo con este galardón por su "perfecta dosificación de la intriga, por la viveza de los diálogos, por la evolución psicológica de los personajes y también por la vistosidad de las descripciones", según el dictamen elaborado por el jurado.