"Creíamos que ya lo habíamos visto todo, pero no. Estamos atónitos. ¿Cómo alguien puede oponerse a un gesto altruista que beneficiará a miles de pacientes en todo el país?". Así de tajante se muestra la presidenta de la Junta Provincial de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en A Coruña, María Elena Viturro, al ser cuestionada sobre la polémica surgida en torno a la donación de 320 millones de euros realizada por la Fundación Amancio Ortega a la sanidad pública española para mejorar el abordaje de esa enfermedad. La entidad financiará la adquisición de más de 290 aparatos de última generación, como mamógrafos digitales o aceleradores lineales avanzados, en hospitales públicos de todas las comunidades, un hito del mecenazgo en España. Sin embargo, no todos están de acuerdo con esta ayuda. Diversas delegaciones territoriales de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, incluida la gallega, consideran que las administraciones autonómicas deberían rechazar ese dinero. Argumentan que la donación del fundador de Inditex es "finalista y genera desigualdad". Insisten, además, en que ninguna persona privada debe financiar la sanidad pública.

La presidenta de la Junta Provincial de la AECC en A Coruña no sale de su asombro ante estas críticas, y aunque evita entrar a debatir, hay algo que tiene clarísimo: "Estamos muy agradecidos con Amancio Ortega por su implicación y su sensibilidad hacia los enfermos oncológicos". Viturro, que se muestra especialmente satisfecha por el hecho "ese gesto tan altruista provenga de un coruñés", cree que otros grandes empresarios deberían continuar la senda iniciada por el fundador de Inditex. "Ojalá muchos otros sigan su ejemplo", recalca.

Tampoco entiende la controversia suscitada por la donación de Amancio Ortega a la sanidad pública española la presidenta de la Asociación de Trasplantados de Médula Ósea de Galicia (Asotrame), Cristina Piñeiro, quien considera "absurdo" decir "no" a una aportación de este tipo. "Los recursos son los que son, llegan a donde llegan, y sin entrar a valorar si deberían gestionarse mejor -eso sería otro debate-, desde Asotrame apoyamos cualquier donación que sirva para mejorar el pronóstico, el tratamiento o la calidad de vida de los pacientes. Nuestra asociación, sin ir más lejos, vive de la financiación de personas particulares y de empresas privadas, así que no podemos estar más que a favor de estas ayudas", señala. Piñeiro recuerda que "el cáncer no espera" y que los tiempos de diagnóstico son claves para los pacientes que sufren esta dolencia. "Y esto no lo digo como representante de otros afectados, sino como paciente con la enfermedad en remisión", puntualiza la presidenta de Asotrame, y lanza una pregunta a quienes se muestran contrarios a la donación realizada por el fundador de Inditex: "¿Si estuviesen enfermos, rechazarían ser tratados con una de las máquinas adquiridas con el dinero de Amancio Ortega?", cuestiona.

También da la bienvenida a los fondos aportados por la Fundación Amancio Ortega la presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac), Begoña Barragán: "Hay tantas carencias, que bienvenidos sean los mecenas. En España le sacamos punta todo. Si nos encontramos un regalo como la donación de Amancio Ortega, no podemos decir que no", recalca Barragán.

Mucho más tajante se muestra el presidente de la Asociación de Ayuda a Niños Oncológicos de Galicia (Asanog), Gonzalo Autrán, a la hora de calificar las críticas de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública a la donación de la fundación que preside el empresario coruñés. "Polemizar sobre esta cuestión me parece una tontería. Con que la donación de Amancio Ortega sirva para salvar una sola vida, ya está más que justificada", destaca Autrán.

A los principales beneficiarios, los pacientes, recurren también los profesionales sanitarios como argumento para aplaudir la donación de la Fundación que preside el fundador de Inditex. El conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña, incluso les pone cifras. Ayer explicó a este diario que el convenio firmado con la entidad -el primero en todo el país- está permitiendo ya "actualizar" equipos como los de mamografía, e incorporar 16 de "última tecnología" que tendrán que trabajar mucho, ya que estos aparatos hacen, dice, 154.000 estudios al año y son claves en campañas como la de prevención de cáncer de mama, el "más frecuente en la mujer". Pero además, añade, "sirve también para el tratamiento de cáncer". En ese sentido, Almuíña proclama que Galicia posee, ahora, los "aceleradores lineales más modernos" y que la aportación de la Fundación Amancio Ortega fue "importante" para lograrlo.

"Seguimos empleando impuestos", en sanidad, "en una cantidad inmensa", explica el titular de Sanidade, "pero que haya colaboraciones voluntarias de empresas y particulares creo que enriquece y nos ayuda a mejorar a todos". Por ello, recalca que se siente agradecido y felicita a la Fundación Amancio Ortega, al tiempo que considera que las críticas recibidas por el gesto "no responden a una sociedad moderna". Lo que pasa, reconoce, es que en España falta tradición de mecenazgo, un déficit que también detectan otros profesionales sanitarios, como el presidente del Colexio Oficial de Médicos de A Coruña, Luciano Vidán, que habla a título personal, o el presidente de la Sociedade Galega de Oncoloxía, Sergio Vázquez.

Estos profesionales también defienden que no es incompatible el recibir donaciones con la inversión pública el sistema sanitario. "Una cosa no quita la otra", afirman. Vázquez apunta que "todo lo que se haga por nuestros pacientes es bueno, sobre todo cuando se trata de modernizar la tecnología". Por eso ve "perfecta" la donación. "Lo ideal sería que el Estado hiciera este tipo de dotación tecnológica, pero a veces no es posible llegar a todo", admite, y el paciente "es lo primero".

"Seguimos defendiendo de forma muy clara la sanidad pública y la financiación adecuada", sostiene, por su parte, Luciano Vidán a título personal. Pero eso no impide, dice, que las donaciones no sean bien recibidas en tanto su "fin" sea "muy bueno", alta tecnología que "va a beneficiar a muchísima gente". "Si tuviésemos muchas de esas donaciones, sería mejor", sostiene.

En la misma línea, el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Miguel Martín, asegura que la donación de la Fundación Amancio Ortega para la sanidad pública tendrá un "impacto inmediato" en los pacientes con cáncer, y pide una ley de mecenazgo que regule y potencie la filantropía. "Genera un valor indiscutible y cubre espacios a los que no llega la Administración", remarca.

El doctor Martín insiste, además, en la importancia de que, entre todos -Administración, profesionales sanitarios, fundaciones, población y pacientes-, "podamos sumar esfuerzos y comprometernos para trabajar y seguir avanzando frente al cáncer".