Lleva 30 años al frente de la sección española de Amnistía Internacional y aunque reconoce que, si se hace un balance de estas décadas, hay grandes avances en materia de derechos humanos, alerta del retroceso que se vive a nivel mundial en esta materia en los últimos tres años. "Hay una tendencia muy preocupante de políticas de odio, líderes que fomentan el 'nosotros contra los demás", señala Esteban Beltrán, quien resalta que mientras hace años "se querían disminuir u ocultar los derechos humanos", ahora hay gobernantes como Trump o Erdogan "que se enorgullecen de violar estos derechos". Beltrán visitó ayer A Coruña para participar en el proyecto Acampa que por unos días reproduce las condiciones de un campo de refugiados en los jardines de Méndez Núñez con el objetivo de mostrar a la población las condiciones en las que viven estas personas su día a día.

- ¿Se necesitan iniciativas de este tipo para concienciar a la población o los españoles apoyan la llegada de los refugiados?

-Vivimos una ecuación rara. Por una parte, la mayoría de la opinión pública está a favor de la llegada de refugiados -hicimos una encuesta en 25 países y el 80% lo apoyaba-, pero los Gobiernos o bien no cumplen como ocurre en España o bien son hostiles a la llegada de refugiados como los de Hungría o Polonia. Y eso cuando estamos ante una crisis brutal con 60 millones de desplazados, algo inédito desde la segunda guerra mundial.

- ¿Por qué esta reacción de los países europeos, se han visto desbordados?

-No hay una saturación porque el 86% de los refugiados son acogidos en países empobrecidos. Líbano, por ejemplo, tiene 4,5 millones de habitantes y ha acogido a un millón de refugiados sirios mientras que a España han llegado 1.300. No es que los países europeos no puedan, es que no quieren.

- ¿No todos están igual de suspensos?

-Hay diferencias, sí. Alemania ha acogido a un millón y medio de refugiados que no es lo mismo que países que no han acogido ninguno o nuestros 1.300 que ha superado Portugal, por ejemplo. En general hay muy poca voluntad política para acoger a refugiados.

- ¿La gestión del tema de los refugiados demuestra que en Europa también se vulneran los derechos humanos?

-Sí, los derechos humanos se vulneran en todo el mundo, la diferencia es la impunidad con la que se hace. El problema es que, en los últimos dos o tres años, hay una tendencia en el mundo muy preocupante que son las políticas de odio, el discurso de 'nosotros contra los otros' y que se puede ver en EEUU y su rechazo a acoger a musulmanes o contra los mexicanos, en Filipinas con declaraciones de gobernantes a favor de eliminar a ciertos grupos, etc. Vivimos realmente una época catastrófica en cuestiones de derechos humanos porque antes los gobiernos querían disminuirlos, se excusaban o querían ocultar que los vulneraban, pero ahora hay líderes que se enorgullecen de vulnerar los derechos humanos.

- ¿La crisis económica tiene algo que ver con el auge de estos discursos?

-El problema de las políticas de odio como las de Trump es que suceden en países en democracia y esto quiere decir que una parte de la población los apoya. Esto se debe en parte a que se han incrementado las desigualdades sociales y esto es un caldo de cultivo para la política del odio. Parte de la solución para quebrar estos discursos es volver a unas políticas que frenen las desigualdades, que garanticen el acceso a la vivienda, a la salud...

- ¿En qué situación se encuentran los derechos humanos en España?

-Hay una buena noticia y una mala. La buena es que, al contrario que en otros países, los principales partidos no tienen un discurso racista o xenófobo y tal y como están las cosas esto no es algo menor. Sin embargo, la mala noticia es que vivimos las consecuencias de unas políticas que nos llevaron a la desigualdad. Este es un país que está a la cola de Europa en vivienda pública, que dejó a 750.000 inmigrantes sin acceso a la sanidad pública, que tiene una ley orgánica de seguridad ciudadana que permite multar a manifestantes pacíficos o por sacar una fotografía a las fuerzas de seguridad...

- Se acaban de cumplir 40 años de democracia, pese a lo que falta por hacer el balance será positivo...

-Sí aunque depende con qué nos comparemos. Si nos comparamos con la dictadura hubo grandes avances como la abolición de la pena de muerte, en materia de libertad de expresión; pero si vemos la tendencia, en los últimos años en lugar de ser expansiva es restrictiva en materia de derechos humanos y esto es preocupante. Cuestiones como el acceso a la vivienda, a la salud o la educación son derechos humanos y en España no están igual de protegidos que otros como la libertad de expresión. De todas maneras creo que una legislatura como la actual, sin mayorías, es una oportunidad para avanzar en las asignatura pendientes. Es cierto que nunca vamos a llegar a una situación perfecta, pero lo bueno es que el retroceso en derechos nunca es definitivo, se puede revertir.