Galicia ha registrado esta semana varios casos de mordeduras de víboras. En concreto de un ejemplar autóctono de víbora Seoane -su nombre científico es Vipera seoanei, que toma de un gallego-. El primer susto se lo dio a un senderista por O Xurés, en Ourense, y los siguientes casos se reseñaron en A Coruña. Aunque el hecho constituye una anécdota, puesto que existen pocos precedentes de ataques de este tipo en Galicia y las muertes por mordeduras venenosas representan solo unas seis en España al año, científicos consultados advierten: "La víbora se encuentra en toda Galicia, la llevamos observando desde hace muchos años incluso a nivel de playa. Es una especie que encuentras desde el nivel del mar, en junqueras en las playas a la zona de manantiales...".

"Tenemos la Vipera seoanei en toda Galicia, pero faltan estudios distributivos. Tiene diferentes colores y es muy variable, por lo que no se puede hacer un patrón fijo", asegura el biólogo experto en ofidios, Luis Saavedra. "Normalmente, si ves una víbora, esta escapa. Huyen. Hay otro tipo de serpientes en España que tienden a atacar con furia, pero la víbora es consciente del poder que tiene y lo utiliza solo en casos extremos. Reserva su veneno, de la misma forma que alguien en la selva guardaría sus dos últimos cartuchos para disparar en urgentes o cazar. Tiene un gran control sobre su poder y por eso tiende a huir. Incluso puede haber más mordeduras en las que no inocule veneno", tranquiliza el científico. Otro de los datos clave será si la zona en la que muerde está más o menos irrigada de sangre. "Si una víbora te muerde en un pliegue, puede que no tengas ni síntomas de mareo.

Pero este último aspecto funciona con todas las especies venenosas que conviven con nosotros, habitando en la comunidad. ¿Cuáles son las más dañinas? La versión que ofrece Saavedra del Río sorprende: "Hay especies venenosas poco conocidas. Una de ellas no son ni las arañas, ni los escorpiones, o las escolopendras. Una de las especies venenosas que realmente causa más molestias, pero afortunadamente no muertes, es el Trachinus draco; es decir, una faneca brava". De hecho, el experto compara el veneno de esta especie, en concreto de la Trachinus vipera con el de la víbora. "Es muy potente. La gente lo ignora y tenemos miedo a la víbora porque la vemos con oscurantismo, pero la espina dorsal venenosa de la faneca brava, también tiene su veneno", indica. Por suerte, lo que ocurre es que es fácil de prevenir, calzándose sandalias o fanequeras en la bajamar.

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Lo que ocurre es que el lugar en que pica -en la planta del pie- está endurecida y no suele tener gran trascendencia.