" KE KB fue un acelerador circular electrón-positrón que operó en Japón durante más de una década y que todavía hoy, varios años después de su fin, ostenta el record mundial de luminosidad (una medida del número de choques de partículas por unidad de tiempo)", explica el físico coruñés Carlos Mariñas Pardo, y especifica: " SuperKEKB es el heredero de KEKB y presenta mejoras sustanciales en numerosos componentes que harán superar en más de 40 veces el registro establecido por el viejo acelerador".

"Las partículas (electrones y positrones) -continúa Mariñas- son aceleradas en sentidos opuestos y chocan en un punto de interacción, alrededor del cual se encuentra el detector Belle II. De las colisiones primarias de esas partículas surgen otras nuevas, y Belle II tiene distintos componentes especializados para medir ciertos parámetros (trayectoria, tipo de partícula, energía de la misma) que son vitales para la reconstrucción completa de lo sucedido después de la colisión primaria", subraya el científico coruñés.

Belle II, especifica Carlos Mariñas Pardo, es un detector "especializado y muy preciso", diseñado para "aprovechar de forma eficaz las elevadas tasas de producción de partículas que se esperan en SuperKEKB". "Para que Belle II sea capaz de procesar de forma rápida toda la inmensa cantidad de información adquirida por los diferentes subdetectores, existe un complejo sistema de adquisición de datos y computación que se encarga del procesado y distribución de la información a los distintos centros de almacenamiento disponibles en el mundo", apunta el físico coruñés.

La finalidad última de estos experimentos es, indica Mariñas, "buscar tensiones dentro del Modelo Estándar". "Hace casi veinte años, cuando Belle se puso en funcionamiento, nos preguntábamos si el Modelo Estándar era correcto. Hoy sabemos que esa teoría no es del todo satisfactoria, y el objetivo final de estos experimentos es intentar entender de qué manera falla ese modelo y encontrar indicios de física más allá del Modelo Estándar", concluye.