El dermatólogo Hugo Vázquez, presidente de la Sección Gallega de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), asegura que muchas personas no son conscientes de los efectos nocivos de la sobreexposición solar, como prueban los numerosos casos de quemaduras que se atienden todos los veranos en urgencias y el aumento de cáncer de piel.

-¿Las quemaduras son algo frecuente en las consultas?

-Son algo muy frecuente, aunque muchas veces no llegan a la consulta de dermatología, pero sí a los servicios de urgencias, y esas quemaduras van a multiplicar nuestra capacidad de adquirir un cáncer del piel. La quemadura es la causa de una radiación aguda, pero luego está la crónica, la acumulación de la radiación a lo largo del tiempo, que provoca manchas y descolgamiento en la piel, arrugas y que a la larga también puede hacer que aparezca un cáncer.

-¿Qué grado de concienciación hay sobre la necesidad de proteger la piel frente al sol?

-Parece que el cáncer lo vemos bastante lejos y que preferimos la estética a la protección. La gente se gasta el dinero en toxina butolímica y rellenos para recuperar la elasticidad natural, pero lo primero que hay que hacer para tener una piel sana es protegernos de los rayos ultravioletas. No se trata de no ponerse al sol. Esto no lo dirá nunca un dermatólogo; sino de convivir con él, de tomarlo en las horas y de la forma que hay que tomarlo.

-¿Usar la crema fotoprotectora adecuada es la clave?

-Es una pieza importante dentro de la fotoprotección global, que empieza con una alimentación adecuada, rica en betacarotenos. Por otro lado, está la protección geográfica. Tenemos que saber dónde estamos tomando el sol y cuándo. Si estamos en la playa, a las doce de la mañana, estaremos recibiendo una enorme cantidad de radiación ultravioleta. Nunca debemos tomar el sol cuando no hagamos sombra y esto puede ser por dos causas. Una, que esté nublado y las mayores quemaduras se producen en días nublados porque no tenemos sensación de calor. Y dos, porque el sol esté encima de nosotros, por lo que la incidencia es enorme. En cuanto al fotoprotector, este no tiene que ser nunca inferior a 30 porque no echamos la cantidad necesaria ni con la frecuencia necesaria para que actúe bien como fotoprotector.