Después de recibir denuncias de cuatro violaciones y 23 agresiones sexuales en cuatro días, todas de hombres hacia mujeres, el festival sueco de Bråvalla fue cancelado para el próximo año. Su fundador tomó la decisión al leer en la prensa que una joven había sido violada durante un concierto. En la edición anterior ya habían sido denunciadas cinco violaciones. La organización asegura haber hecho todo lo posible. El pasado año publicaron una guía con propuestas para evitar las violaciones, al igual que ha hecho también el Bilbao BBK Live español al repartir el panfleto No es no.

Ante lo ocurrido, la comediante sueca Emma Knyckare comenzó a promover la idea de un festival en el que "los hombres no son bienvenidos, hasta que todos aprendan a comportarse". Aunque todos coinciden en que no es una solución a largo plazo, se debate si esta decisión será útil al visibilizar el problema o creará una sensación falsa de seguridad. El argumento a favor de Marta Roqueta, editora de la revista Zena, fue que "no ocurre nada porque un hombre no pueda ir a un concierto; deben darse cuenta de que nosotras dejamos de ir a muchos espacios en teoría mixtos por sufrir discriminación o acoso".

Algunos festivales de música han implementado espacios que no admiten hombres. Entre ellos el Electric Forest (EEUU) o el Shambhala (Canadá), con una zona "refugio" para las mujeres que teman por su seguridad. Durante la edición de 2016 del alemán Darmstadt, 26 mujeres denunciaron acoso sexual; y el inglés Glastounbury cuenta con un escenario en el que no se permite un solo hombre en el público y tampoco en el programa de actuaciones, el equipo técnico o el de seguridad. El colectivo Mujeres y Música declaró que estas iniciativas "no generan paridad ni equidad, si no que exotizan algo que debería ser normal: ver a una mujer actuar en un escenario". En cambio, para Javiera Tapia, de POTQ Magazine, son necesarios para que las propias mujeres puedan conocer referentes de su género". En conclusión, son medidas drásticas que surgen de la gravedad de los hechos acontecidos.

En cuanto al ámbito deportivo, el circuito de las carreras de la mujer, que incluye la celebrada en A Coruña, nació en la redacción de Sport Life hace trece años. En la revista pensaron que había pocas participantes femeninas en las carreras populares, así que decidieron organizar una solo para mujeres. La primera edición fue en Madrid. Esperaban 2.000 y llegaron a las 5.000, por lo que la segregación por sexos potenció la participación femenina, que no se acercaba a esos números en las pruebas mixtas. La organización del circuito, que ya incluye ocho carreras y va por su décima edición, afirma que "cada año aumenta el número de corredoras, pero hasta que no alcancen el número de los hombres, estas iniciativas tendrán todo su sentido, pues hay que pensar que muchas de ellas utilizan la Carrera de la Mujer como un paso intermedio antes de inscribirse en una prueba mixta. Había muchas mujeres que corrían en los parques pero luego no se lanzaban a competir, y sin duda este tipo de proyectos han contribuido al espectacular incremento de las inscripciones femeninas en los últimos años, que han doblado su porcentaje de participación con respecto a los hombres".

Y en lo que respecta a los gimnasios solo para mujeres, una de las franquicias de mayor éxito es Curves, nacida en Estados Unidos. La madre de su creador murió muy joven, así que orientó sus estudios de medicina a fortalecer a las mujeres. Desde la compañía declaran que la razón de que sus clientas escojan un servicio no mixto no es solo la comodidad de no sentirse observadas (aunque sea un factor importante en el caso de las mujeres de mayor edad o que nunca hicieron deporte), sino también la especialización. Aseguran ofrecer "una atención adaptada, porque la mujer pierde masa muscular a lo largo de los años, y necesitamos un entrenamiento de fuerza basado en la resistencia y no en el peso. El plan que conviene a una mujer es distinto que el del hombre".

La compañía francesa BlaBlaCar ofrece un servicio llamado Solo mujeres. Afirman desde su delegación en España que la idea nació de las sugerencias de los propios usuarios: "Desde entonces esta opción está disponible en los 22 países donde operamos. El objetivo era reforzar la confianza. Hay mujeres que pueden preferir no viajar con hombres, especialmente en el primer viaje. No es algo común: solo aparecen incluidos en esta opción el 2% de los trayectos. "Desde la compañía lo consideran algo natural debido a la novedad que resulta su iniciativa, que aúna el compartir coche con la potencialidad de las nuevas tecnologías: "Existe una curva de aprendizaje para dotar de confianza a todo lo que ocurre dentro y fuera de la plataforma, pues es una experiencia social que comienza online, se vuelve directa y continúa en las redes." La idea de la firma gala surgió cuando su fundador perdió un tren y observó que la mayoría de coches iban casi vacíos. Así que creó una red social que pusiera en contacto conductores con asientos libres y quienes desearan cubrir el mismo trayecto.