"No me voy a la cárcel, me voy a mi casa con mis niños y vamos a seguir peleando". Estas son las palabras de Juana Rivas, la madre granadina que se niega a que sus hijos se vayan a Italia con su exmarido, Francesco Arcuri, condenado por un delito de violencia de género. Tras 28 días en paradero desconocido, Rivas compareció ayer ante el juez de instrucción en Granada. Tras su declaración, quedó el libertad provisional sin cargos, aunque seguirá siendo investigada por un posible delito de sustracción de menores.

La granadina asegura que durante el tiempo que ella y sus hijos estuvieron "escondidos" permanecieron en una zona rural de la provincia andaluza. La asesora legal de la granadina, Francisca Granados declara que la intención de Juana Rivas, tras entregarse a la justicia, es ser escuchada y confía en que el sistema español "proteja a la madre y, sobre todo, a los niños". Granados asegura que la madre de Maracena tiene un "gran encargo" de su hijo de once años, que quiere "ser escuchado". "Juana no es una prófuga y no va a huir de la justicia", afirma rotundamente.

Poco después de las 11.00 horas de ayer, Rivas llegaba a los juzgados en un coche policial, acompañada por su abogada, su asesora legal y su hermana. En el exterior, aproximadamente un centenar de personas realizaron una concentración de apoyo a la granadina, promovida por la plataforma en su defensa creada a través de las redes sociales bajo el lema Todas somos Juana.

La Fiscalía solicitó prisión preventiva sin fianza después de que Rivas eludiese en reiteradas ocasiones las órdenes judiciales y huyera antes de la entrega de sus hijos a Arcuri. Además, la de Maracena se ha negado a responder a las preguntas del fiscal. Posteriormente fue decretada su libertad provisional sin cargos por el juez.

A su salida la granadina se mostró muy optimista. "He encontrado un juez humano, un ser humano que me ha escuchado porque quería escuchar lo que estaba pasando", aseguró Rivas.

Ha pasado casi un mes y la madre de Granada ha eludido las órdenes judiciales en diversas ocasiones; la última fue el pasado lunes, momento en el que la jueza ordenó la retirada de los pasaportes de los menores y también la prohibición de su salida del territorio Schengen, integrado por 26 países europeos entre los que se encuentra Italia, sin la autorización del padre o sin permiso judicial. Esta medida había sido solicitada por la Fiscalía y fue adoptada el lunes, una vez oídas las defensas de las dos partes, "como nueva medida de protección de los dos menores hijos de Juana Rivas y Francesco Arcuri", según aseguraron ayer fuentes judiciales.

La historia de esta madre de Maracena, Granada, se remonta al año 2009, cuando Juana Rivas interpuso una denuncia por violencia de género contra el que en aquel entonces era su marido, Francesco Arcuri, que recibió una condena de tres meses de prisión.

Tras este episodio ambos retomaron su relación y se trasladaron a Italia. El pasado año la granadina huyó de la residencia familiar, volviendo a España junto a sus dos hijos, de 3 y 11 años, e interpuso una denuncia por violencia de género contra el italiano, que, según Francisca Granados, fue ampliada el pasado viernes por Rivas. La justicia española considera que el tema debe ser tratado por la justicia italiana, debido a que era el lugar en el que sucedieron los hechos, además deben ser los tribunales italianos quienes resuelvan el tema de la patria potestad de los menores.

Según el Tribunal Superior de Justicia andaluz, tras una larga declaración, el juez consideró que la gravedad de la pena del presunto delito que haya podido cometer la madre no justificaba la medida excepcional de prisión provisional solicitada por el fiscal. El Juzgado de Instrucción 2 tendrá que tomar una decisión para seguir investigando a Rivas por un posible delito de sustracción de menores. Sigue vigente, además, la orden de entrega de los niños al padre acordada por vía penal y civil.