La ministra de Sanidad holandesa, Edith Schippers, reconoció ayer errores de comunicación en la crisis de los huevos contaminados con fipronil en Holanda e indicó que, de haberse evitado, podrían haber permitido "actuar más rápido". La ministra, no obstante, señaló a la compañía Chickfriend como responsable del escándalo de contaminación de los huevos holandeses.

Schippers agregó que "no había ninguna evidencia clara desde un principio" sobre que Chickfriend utilizase en sus granjas una sustancia prohibida en animales. Durante el debate, muchos miembros del Parlamento señalaron que este asunto afecta directamente a la confianza en la seguridad alimentaria y criticaron que la Autoridad Holandesa de Alimentación y Bienestar no tomara medidas de inmediato, cuando recibió un aviso anónimo el pasado noviembre. Schippers pidió "extraer lecciones de la crisis" alimentaria.