El verano llega a su fin y con él se acerca la vuelta a la rutina. Los adultos no son los únicos que temen este momento, ya que los niños también sufren al pensar en el comienzo del curso, que llegará el próximo 11 de septiembre para los estudiantes gallegos de Infantil y Primaria. Recuperar la sensación de trabajo, crear el hábito de levantarse más temprano y realizar una hora diaria de actividades para tener el contenido más fresco al llegar a clase son algunas de las recomendaciones de los expertos a tener en cuenta para remontar las vacaciones de la manera más sana. "Hay una rutina adquirida que hay que retomar. A todo el mundo le cuesta pasar de lo bueno a lo malo, y, por ello, no se puede esperar a hacerlo todo el último día", explica el presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos de Galicia (Apega), José Manuel Suárez.

Los horarios no solo son importantes a la hora de dormir, la comida también juega un papel primordial para recuperar las costumbres diarias de cara al nuevo curso. "Es necesario ser rigurosos con el tema de las comidas y que siempre se realicen a la misma hora", indica Suárez. Para los niños que acuden por primera vez al colegio, el protocolo de actuación es diferente. "Es una historia más compleja. Los padres tienen que informar a sus hijos de cuál va a ser su nuevo colegio, enseñarles las instalaciones, el patio sin niños, etc...", indica el pedagogo.

Pasar tiempo alejados de su familia puede dar problemas durante los primeros días del curso, por lo que "tienen que estar preparados y lo principal es verse en el sitio. Los pequeños pueden estar acompañados de sus padres en clase durante las primeras horas, mientras estos no vean a la figura del profesor como algo positivo en vez de un símbolo negativo que le aleja de su familia", afirma el experto, y asegura que los pequeños "tienen que comprender que en la escuela pueden hacer lo mismo que en casa, como pintar, jugar, etc. Cuando ven a sus compañeros haciéndolo, el resto se deja llevar".

Durante este proceso de adaptación de los más pequeños, puede darse el caso de que surjan diferentes problemas en sus estados de ánimo. "Va a haber niños que se cansen antes y quieran irse para casa porque consideran que ya han estado mucho tiempo en el colegio. En esos casos se procede a llamar a los padres para que en una o dos horas vayan a recogerlos y puedan ir habituándose a estar sin ellos", advierte Suárez, quien remarca que "la escuela requiere su tiempo y la dirección de los centros sigue diferentes protocolos para conseguir una adaptación temprana de los alumnos".

La publicidad del verano

El 11 de septiembre comienza el curso para los estudiantes de Infantil y Primaria, pero un mes y medio antes las tiendas ya muestran anuncios de "la vuelta al cole, en los que se informa del nuevo material, uniformes y equipamiento escolar. A la hora de medir si este tipo de publicidad del verano influye negativamente en los niños, Suárez lo tiene claro: "No perjudica". El consumo de material no es un aspecto negativo para el pedagogo, ya que "los niños van a las tiendas emocionados por ver las nuevas mochilas que han llegado para luego pedírselas a sus padres. Llega un momento en el que tienen un hábito de compra y de decisión personal, por lo que ver anuncios que les recuerdan al colegio no les resulta desagradable". El contenido de los anuncios no está directamente dirigido a los niños, sino a los padres. "Está claro que los anuncios tienen más de comercial que de otra cosa. Su principal función es recordar a los padres que tienen que comprar, pero eso se hace en San Valentín, con Semana Santa, con las rebajas, etc. El comercio quiere que le compren, pero el niño como no tiene casi nivel de gasto elige y va a comprar con sus padres el uniforme, las mochilas...", declara.

Lejos de lo que muchos pueden pensar acerca de la facilidad de influir en el pensamiento de los más pequeños de la casa, "los niños no se centran en la publicidad. Ellos piensan en sus amigos y la diversión. Lo relacionado con el colegio queda atrás y en septiembre vuelve. El menor no negativiza nada", concluye José Manuel Suárez.