Los mosquitos están detrás de algunas de las últimas emergencias sanitarias globales, como la activada a principios de 2016 por la Organización Mundial de la Salud a causa de la epidemia del virus del zika, originada en Brasil. Para evitar que una situación así se produzca en Galicia, la Xunta y las universidades de Santiago y Vigo van a poner en marcha un plan de vigilancia sobre las especies de estos insectos que transmiten enfermedades graves, tanto a humanos como a otros animales.

Son dolencias que pueden producir importantes daños sanitarios y perjuicios económicos. Esta red de control debe permitir que se conozca de modo temprano la hipotética aparición de mosquitos aún no presentes en la comunidad, como el tigre, que con su picadura transmite afecciones como el dengue, la fiebre amarilla o la artritis epidémica chikungunya.

Estas son enfermedades propias de climas tropicales, pero que la globalización ya ha llevado a entornos ajenos, como el europeo. Hace unos días falleció de malaria una niña italiana de cuatro años que nunca había viajado fuera de su país. Una de las hipótesis que se baraja es que le picase un mosquito que hubiese viajado en una maleta desde una de estas zonas de origen. Así pues, la rápida detección de estas especies facilitaría que se tomasen medidas de control lo antes posible para evitar que se asentasen en la comunidad.

Además, esta red de vigilancia entomológica posibilitará conocer las densidades de los mosquitos ya presentes. Algunos de ellos, en concreto los Culex y los flebótomos, también son transmisores de enfermedades a humanos y animales, como la fiebre del virus del Nilo Occidental o la leishmaniase.

El proyecto, al que la Xunta dedicará un total de 217.000 en tres años, prevé la colocación de trampas para cazar los insectos, su mantenimiento, la recogida de muestras y su envío a las dos universidades. Participarán efectivos de la Consellería de Medio Rural y de los centros educativos, y también se formará al personal para el desempeño de estas tareas. Las muestras se recogerán cada 15 días entre los meses de abril y octubre.

Tras la identificación y recuento de los ejemplares, se actualizarán las bases de datos. y se remitirá la información a las direcciones generales de Saúde Pública y de Gandería, Agricultura e Industrias Alimentarias.