El informe relativo a 2016 de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, que se presentó ayer, esfuerza la idea de que "a mayor nivel educativo, mejores indicadores en el resultados de trabajo", como consta en el documento. No obstante, los datos positivos tienen sus zonas de sombra, ya que no todos los gallegos (o el resto de sus homólogos estatales) que finalizaron estudios universitarios consiguen un empleo a la altura de su esfuerzo académico. Según el análisis, el 36,7% de los contratos del año pasado con universitarios gallegos fueron para tareas de baja cualificación. Ese porcentaje supera en dos puntos a la media estatal, situada en el 34,4% aunque lo mismo que le ocurre a esta, que creció siete décimas con respecto a un año atrás, también se incrementa.

En el caso gallego es peor, de más de un punto, desde el 35,5% en 2015, diez puntos por encima de lo que sucede en Navarra, donde no llegan a uno de cada cuatro los jóvenes que desempeñan labores para las que están sobrecualificados. Con todo, quienes peor lo llevan son los castellano-leoneses, donde casi la mitad de titulados tiene que conformarse con empleos para los que no sería preciso disponer de sus estudios, según el informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo.