Olvidar durante unos minutos dónde se aparcó el coche o en qué lugar se dejaron las llaves son despistes sin importancia, que le suceden a gran parte de la población. No lo es, sin embargo, no recordar ni siquiera que el coche tiene que estar estacionado en algún lugar, ser incapaz de decir la fecha de hoy u olvidar rápidamente algo que se acaba de hacer independientemente de la edad que se tenga. La Sociedad Española de Neurología (SEN) alerta de que entre el 30 y el 40% de casos de alzhéimer están sin diagnosticar y los expertos tienen claro que se debe a la banalización de la pérdida de memoria vinculada a la edad. "Históricamente se englobaba dentro de lo que se llamaba demencia senil y que se consideraba algo sin importancia y esto hace que a algunas familias aún les cueste asociar estos síntomas al alzhéimer", señala la neuróloga gallega y miembro de SEN María José Moreno.

Pero el alzhéimer es mucho más que un aumento de olvidos. Esta enfermedad neurodegenerativa progresiva e irreversible -que afecta a unos 800.000 españoles y que crece a un ritmo de 40.000 nuevos diagnósticos al año- presenta otros signos de alerta para sospechar que una persona se encuentra en las fases iniciales de esta patología. "Suele producirse un cambio de carácter, pueden aparecer cuadros depresivos o cierta apatía, hay afectados que presentan cierta desorientación o no saben ubicarse en un lugar, etc.", sostiene la presidenta de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de A Coruña (Afaco), María del Carmen Martínez, quien asegura que ante la mínima sospecha "hay que acudir al médico de cabecera que tras la valoración puede derivarnos al especialista". "Muchas veces la familia nota que pasa algo porque hay problemas de razonamiento que llevan al afectado a comprar cosas que no necesita, a tener problemas para conducir, para cocinar, etc.", añade María José Moreno.

Pese a que se trabaja en la búsqueda de un tratamiento que permita curar esta enfermedad y todavía se desconoce la varita mágica para evitarla, los expertos tienen claro que "evitar situaciones de riesgo y procurar mejorar el funcionamiento cerebral" es clave. "Seguir unos hábitos de vida saludables podría reducir hasta un 40% los casos de alzhéimer o al menos retrasar el debut clínico de la enfermedad", sostienen en la Sociedad Española de Neurología.

Lo primero es controlar los factores cardiovasculares. "La tensión alta, el tabaco, el colesterol elevado, la obesidad o el sedentarismo se sabe que favorecen el desarrollo de demencias", señala la doctora Moreno, quien para prevenir estas dolencias apuesta también por realizar "ejercicio físico y la estimulación cognitiva". "La lectura, los hobbies, hacer crucigramas, aprender cosas nuevas, en definitiva el envejecimiento activo, ayuda a prevenir estas dolencias", añade esta especialista.

Unas patologías vinculadas a la edad y que aumentan porque cada vez hay más población mayor, pero que no siempre cumple estas reglas. Entre un 2 y un 10% de los casos se dan en menores de 65 años.