Las denuncias por abusos sexuales a menores han aumentado un 15%, pero el 70 % de los casos no son juzgados porque la única prueba es el testimonio del niño y es difícil que lo mantenga en procesos que duran una media de tres años, según un informe de Save the Children.

En su informe Ojos que no quieren ver, la ONG señala que pocas situaciones de abusos sexuales llegan a denunciarse, a pesar de que el niño las padece un promedio de cuatro años y cuando se da el paso, el proceso les obliga a declarar en múltiples ocasiones, "lo que les provoca en ocasiones más sufrimiento que los abusos que han sufrido". "Denunciar y llevar el caso a los tribunales no es una garantía de protección para el menor que ha sido víctima de abuso", lamenta el director general de la ONG, Andrés Conde, en la presentación del estudio, que analiza más de 200 resoluciones de entre 2012 y 2016.