El colectivo gallego Pallasos en Rebeldía no solo quiere arrancar carcajadas o emociones en los espectáculos con los que recorre Palestina y otros países, sino que pretende ir un paso más allá con su arte circense, que concibe como "la única manera de luchar contra la injusticia". Una pequeña carpa levantada por la Escuela de Circo de Birzeit acoge el Festiclown, un festival circense itinerante organizado por Pallasos en Rebeldía y que durante ocho días recorrerá escuelas y campos de refugiados. Una sucesión de acrobacias sobre y bajo el trapecio deja a los asistentes boquiabiertos, absortos por los movimientos y música en apoyo al pueblo palestino que se escucha durante la actuación.

"El payaso, el circo, es un lugar de confianza, de luz, desde el que podemos confrontar la realidad desde otro lugar", indica el director de Pallasos, Iván Prado.