La Xunta regula desde hace tres años la recogida de setas y fija en dos kilos la cantidad diaria que podrá llevarse a casa cualquier persona que lo haga para consumo doméstico, es decir, siempre que la recogida no se realice con interés comercial. Desde entidades como la Asociación Andoa de Cambre ven con buenos ojos que se fije un máximo de kilos. "De alguna manera hay que controlar la recogida para preservar la naturaleza, no se puede llegar y arramblar con todas las setas", explica el tesorero de Andoa, José Manuel del Río. La normativa establece tres tipos de aprovechamiento micológicos -doméstico, comercial y científico- y en función de eso, se establecen unas pautas a seguir.